Desde Beriain a la «cumbre definitiva»
Han sido 1.000 días de castigo y ensañamiento, acompañados de mil días de solidaridad y cariño. Dos caras de una moneda con la que ninguno de los protagonistas de esta historia quiso nunca transaccionar. Ayer llevaron el caso hasta lo alto de Beriain, desde donde se atisba la próxima cita: 18 de setiembre en el Tribunal Supremo.
La cita original era en Ihurbain, la proa del monte de Beriain, la punta desde la que se atisba Sakana entera, coronando la imagen icónica del valle. Pero el atípico agosto de este año tenía guardada para ayer a la mañana una densa niebla que dio al traste con la intención original de los organizadores. Tampoco pasa nada. Cerca quedaba la cumbre principal, con la ermita de San Donato al lado, y allí se dirigió el tropel que había salido unas dos horas y media antes desde Unanu. Si alguien notó la diferencia fueron los titanes que subieron hasta la cumbre los carteles con las caras de los jóvenes de Altsasu.
Claro que para castigo real ya está, precisamente, el de los jóvenes de Altsasu, tres de los cuales –Jokin Unamuno, Oihan Arnanz y Adur Ramírez de Alda– cumplieron ayer 1.000 días en la cárcel. Se dice pronto. Por una pelea de bar. Los retratos clavados en pesados listones de hierro se convierten en alas al pensar en ello.
Aunque el grueso del pelotón subió ayer desde Unanu, no fueron pocos los que tomaron la variante de Uharte Arakil. Ambos caminos se juntan, precisamente, en la ermita, donde para las 11.15 ya había cerca de dos centenares de personas almorzando bajo la niebla. En poco más de media hora, el tropel emergió de entre las nubes con los citados carteles, y para las 11.30 las cerca de 300 personas que se dieron cita en la cumbre estaban en sus puestos. Pero las prioridades en esta vida hay que tenerlas claras, y si había algún despistado a los 1.493 de altura de Beriain, el padre de Adur no dejó lugar a la duda: «Primero el almuerzo y luego el acto, ¿no?».
El dios de la meteorología es un ser ambivalente que acostumbra a disfrutar aguando fiestas, manifestaciones y citas populares, pero a veces se apiada de sus víctimas. Después de toda la mañana sin ver el sol, fue sacar el bocata y la bota de vino, y salir Lorenzo, que de lo bueno sabe un rato. El tiempo jugó a partir de entonces a enseñar y esconder el sol.
La cima de la libertad
Era casi imposible, visto el entorno, evitar los símiles meteorológicos. Tampoco lo hizo Bel Pozueta, que tomó la palabra junto a la ermita para agradecer a todos los que subieron a Beriain para acompañarles en el día de hoy. «El día de hoy ha sido como todo el proceso, ha estado nublado, había piedras y cuestas, pero a ratos hemos visto el sol», arrancó Pozueta, que se acordó, haciendo referencia al centro geográfico de Euskal Herria –situado a muy cerca de San Donato–, de todo el calor recibido a lo largo y ancho del país en todo este tiempo. Ayer mismo, además de vecinos de Sakana, había en la cima gente de Iruñerria, de Zarautz y Zornotza, por mencionar solo algunas patrias chicas.
Pozueta también tuvo una mención de agradecimiento para toda la solidaridad recibida desde otros pueblos, en especial desde Catalunya. Ayer no faltaron delegados del Principat en la cima, aunque los apoyos más significativos llegaron a través de las redes sociales, desde el Palau de la Generalitat –el president, Quim Torra– y desde la cárcel de Lledoners, desde donde salió el mensaje de apoyo del vicepresidente encarcelado y líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras.
Pozueta aprovechó su intervención para fijar en el calendario la próxima cita, o siguiendo con el símil, el próximo campamento de esta difícil ascensión: el 18 de setiembre el Tribunal Supremo español examinará los recursos de la defensa y de las impugnaciones de la acusación a dichos recursos. «Hoy hemos hecho cima en Beriain, pero la verdadera cima será la libertad de nuestros hijos», concluyó su discurso Pozueta, entre los aplausos del público.
Además de rememorar y denunciar los 1.000 días de encarcelamiento, la cita en la cima de Beriain sirvió también para poner en marcha una nueva campaña de solidaridad con los jóvenes de Altsasu, con el título «1.000 egun, mila mezu, mila muxu, Altsasuak Aske!». La campaña, que arrancó ayer mismo, consistirá en llenar de mensajes de apoyo y cariño diversos cuadernos, con la idea de entregarlos a los jóvenes encarcelados en Zaballa antes de la cita del 18 de setiembre en el Tribunal Supremo.
Los primeros mensajes se escribieron ayer mismo en la cumbre, después de sacar la pertinente foto de familia. Desde allí, los primeros cuadernos partieron en bicicleta y corriendo rumbo a Urbasa, con el objetivo de viajar en parapente desde Santa Marina hasta el fondo del valle, antes de llegar en patines hasta Altsasu.
El orden del modo de transporte no acabó de quedar claro, y la caprichosa meteorología jugaba con la opción de que los cuadernos viajasen o no por los aires, pero estaba claro que para las 20.00 estarían en la capital de Sakana, donde la conmemoración y la denuncia del encarcelamiento de los jóvenes siguió con un acto en la plaza, al lado de un contador que ayer llegó a las cuatro cifras. 1.000 días, por una pelea de bar.