En su tercer rescate en tres días, Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterráneo han salvado hoy la vida con el barco humanitario Ocean Viking a otras 81 personas que se hallaban en una barca de goma poco apta para la navegación frente a las costas de Libia.
El Ocean Viking seguirá patrullando las aguas del Mediterráneo Central por si hay otras embarcaciones en peligro, pero ha iniciado ya los contactos con las autoridades marítimas que coordinan los rescates en esa zona para el desembarco seguro de esos migrantes. «Lo que es seguro es que MSF nunca devolverá a estas personas a Libia», ha precisado la ONG francesa.
Según el coordinador general de MSF para Libia y las operaciones de rescate en el Mediterráneo Central, Sam Turner, la situación en esa país es «tan desesperada» que esos refugiados y migrantes «contemplan lanzarse al mar como la única opción para sobrevivir».
«Los gobiernos europeos deben asumir su obligación legal y moral y poner en marcha un mecanismo europeo de respuesta y desembarco seguro que incluya la reubicación en la UE de los rescatados», añade en el comunicado Raquel González, responsable de Relaciones Externas de MSF.
También el Open Arms, con 160 personas rescatadas a bordo, se encuentra a la espera de un puerto seguro para desembarcar. Ha solicitado la evacuación de otras tres personas por motivos de salud, lo que sí ha sido aceptado, a diferencia de los los otros 157.
Open Arms ha pedido la evacuación a Malta, ya que el buque se encuentra en una zona de rescate marítimo maltés, y a Italia, puesto que la embarcación está más cerca de territorio italiano. Finalmente, Malta se hara cargo de dos de estas personas, dos mujeres, e Italia del tercero, un hombre.
Otras tres mujeres han sido evacuadas desde el pasado viernes del buque, dos de ellas con un embarazo muy adelantado y complicaciones que hacían prever un parto complicado y la hermana de una de ellas.
Mensaje de socorro
El buque lleva desde el día 1 de agosto esperando un puerto seguro en el que desembarcar a los 160 inmigrantes a la deriva rescatados en el Mediterráneo.
En una entrevista en RAC1, el fundador de esta ONG, Óscar Camps, ha relatado que «la estabilidad emocional a bordo del Open Arms empieza a ser difícil. Si no, nos veremos obligados a entrar a puerto por motivos humanitarios, con todas las trabas administrativas y judiciales que puede comportar».
Camps ha lanzado un mensaje de socorro, al señalar que «la situación es muy difícil de gestionar, también dentro del equipo del Open Arms». «Nadie entiende por qué llevamos diez días a la deriva sin tener ninguna comunicación oficial de la administración, si tanto el barco como la tripulación son españoles», ha remarcado.
Fuentes de la ONG han querido matizar estas declaraciones y han asegurado: «Nuestra obligación es cuidar a los inmigrantes rescatados y resistir, entrar en un puerto sin permiso por motivos humanitarios sería el último cartucho, jamás pondremos en peligro la vida de las personas a bordo».