Los orígenes de ‘Bella ciao’, más allá de La Casa de Papel
La exitosa serie ha traído a la actualidad la canción "Bella ciao". Iñaki Berazategi, periodista que investiga desde hace más de una década el cancionero de la II República, la Guerra Civil y la resistencia antifranquista, escribe sobre los orígenes de la canción partisana más conocida.
Me voy a permitir hacer en esta líneas unos cuantos apuntes en relación con "Bella ciao", el himno más conocido de la resistencia italiana contra el fascismo y el nazismo. Espero que estas notas ayuden a deshacer malentendidos e interpretaciones disparatadas y grotescas sobre la procedencia de esta canción.
Los orígenes de "Bella ciao" se encuentran en dos canciones populares tradicionales del Norte de Italia. Una de ellas, "Fior di tomba", es una canción amorosa cuya protagonista, una joven, se levanta una mañana y ve por la ventana de su habitación que su amante está en brazos de otra mujer.
«Stamattina mi sono alzata,
sono alzata – iolì
sono alzata – iolà
sono alzata prima del sol.
Sono andata alla finestra
e ho visto il mio primo amor
che parlava a un'altra ragazza,
discorreva di far l'amor».
La joven acude al confesor en busca de consejo y, cuando este la recomienda olvidar a su amado ella le responde que prefiere morir antes que renunciar a su amor ya que prefiere que su casa se desplome sobre su cabeza mientras mece a su amante entre sus brazos.
El anónimo autor de "Bella Ciao" mantuvo la métrica y el esquema narrativo de "Fior di tomba", adaptando el texto a las necesidades del momento –la lucha contra el fascismo y el invasor nazi– e insertándolo sobre la música de una canción popular infantil originaria del Trentino y el Alto Adigio titulada "La me nòna l'è vecchierèlla" (Mi abuela es una viejecita), cuyo estribillo original
«la me fa ciau
la me diś ciau
la me fa ciau ciau ciau»
se transformó en el ya conocido
«O bella ciao
bella ciao
bella ciao ciao ciao».
Ambas canciones eran muy populares en el norte de Italia, particularmente en el Piamonte, Lombardía, el Véneto y Emilia-Romagna, regiones en las que la resistencia partisana fue especialmente activa en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial. Esta popularidad explica su apropiación y adaptación al cancionero partisano.
Según un musicólogo tan prestigioso como el desaparecido Michele Straniero, la popularidad de la canción se fraguó con posterioridad a la época de la guerrilla partisana. Al terminar la II Guerra Mundial, la difusión de "Bella ciao" era muy inferior a la de otras canciones e himnos del repertorio partisano como "Pietà l'è morta", "La Guardia Rossa", "La Brigata Garibaldi" o "Fischia il vento". No obstante, la popularidad de "Bella ciao" se disparó a raiz de la celebración en Praga, en 1947, del primer Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, cuando un coro de antiguos partisanos que formaba parte de la delegación italiana la cantó ante los delegados del resto de los países que tomaban parte en el encuentro, difundiéndose a partir de ahí por todo el mundo con adaptaciones en numerosos idiomas.
La adaptación de "Bella ciao" al euskara, un tanto ramplona, data de los primero años 70 del siglo pasado, en coincidencia con el auge de la resistencia antifranquista en ese periodo. Probablemente, no se trata de una adaptación directa del texto original italiano sino que está hecha a partir de la adaptación de "Bella ciao" al castellano que realizó en 1969 el cantautor alicantino Adolfo Celdrán.
«Abertzalea ni jaio nintzen
O bella ciao
bella ciao
bella ciao, ciao. ciao
Abertzalea ni jaio nintzen
ta abertzalea hilgo naiz».
«Egun batean goiz goizetikan
O bella ciao
bella ciao
bella ciao, ciao, ciao
Egun batean goiz goizetikan
etsaien aurka joan nintzan».
«Eta burrukan hiltzen banaute
O bella ciao
bella ciao
bella ciao, ciao, ciao
Eta burrukan hiltzen banaute
hartu zuk nire fusila».
Mayor interés presenta la versión de "Bella ciao" adoptada como canto de protesta por las «mondine», las mujeres que trabajaban como temporeras en condiciones infernales en la «monda», el desherbaje de los campos de arroz que se cultivan en las llanuras del Piamonte y Lombardía que el Po inunda entre los meses de abril y junio.
La mayoría de estas mujeres procedía de los sectores sociales más pobres de las regiones vecinas del Véneto y Emilia-Romagna, aunque también las había piamontesas y lombardas. El denominador común de todas ellas, al margen de su procedencia, era la pobreza y la falta de recursos. Lejos de su hogar, dobladas por la cintura, con el agua y el barro hasta las rodillas, agobiadas por el calor, los mosquitos y otros insectos voraces, mal pagadas, siempre bajo la «atenta mirada» del capataz y a merced del patrón para el que trabajaban, estas mujeres –pobres, sin estudios ni otra alternativa laboral que deslomarse sobre los arrozales durante largas jornadas de trabajo– supieron tejer entre ellas unos fortísimos lazos de solidaridad que, consecuentemente, derivaron en la reivindicación de mejores condiciones de trabajo y salarios dignos y acordes a la dureza del trabajo que realizaban.
Las luchas de las «mondine» impregnan la historia del movimiento obrero italiano desde finales del siglo XIX hasta más allá de la primera mitad del siglo XX, cuando el oficio que desempeñaban estas mujeres desapareció como consecuencia del uso intensivo de herbicidas.
Las «mondine» dejaron como legado un rico cancionero que ilustra sus luchas y aspiraciones en el que encontramos composiciones clásicas del repertorio sociopolítico italiano como "Se otto ore vi sembran poche" (Si ocho horas te parecen poco), "Saluteremo il signor padrone" (Saludaremos al señor patrón), "Son la mondina, son la sfruttata" (Soy la mondina, soy la explotada), "Sciur padrun da li beli braghi bianchi" (Señor patrón de los bonitos pantalones blancos), "La Lega" (La Liga) o la versión de "Bella ciao" en la que estas mujeres reflejaron las duras condiciones en que debían realizar su trabajo. La fecha de nacimiento y autoría de la mayoría de estas canciones es desconocida. Por esta razón se creyó durante muchos años que la versión de "Bella ciao" que cantaban las trabajadoras de los arrozales padanos era la canción original en la que se basaba la versión partisana y no una adaptación posterior, como es el caso.