A través de una nota remitida a los medios, opositores a la cumbre del G7 que se celebra en Biarritz han reivindicado la acción de protesta llevada a cabo en Bilbo, que ha consistido en teñir de color verde el agua de la ría. Han empleado para ello un colorante que no es contaminante.
Sí han definido como «tóxicos» a los mandatarios que participarán en esa cita, pero también a responsables de otras instituciones –han citado también al Ayuntamiento–, quienes «son cómplices esperando sus migajas».
«El mayor icono del neoliberalismo transformará Bilbao, pero no para el bien de los bilbaínos y las bilbaínas. Hablamos del Tren de Alta Velocidad, que es un sinsentido, al igual que la Supersur», han detallado, haciendo también alusión a la industria armamentística, a la «explotación de las personas» o a la «sobreexplotación» de la naturaleza.
Ante esta situación, han destacado que numerosas plataformas y acciones, así como la cumbre paralela que se celebra estos días, han puesto sobre la mesa propuestas «reales y concretas para vivir en un mundo más justo», aunque «desgraciadamente no han ocupado las portadas de los grandes periódicos».
«Esta acción –concluyen– es un toque de atención, y un agradecimiento a todas las personas que están haciendo frente» a la cita del G7.