GARA
ROMA

Italia cierra su crisis con el primer Gobierno de coalición del M5S y el PD

Después de casi un mes de crisis política en Italia, provocada por el ultraderechista exministro de Interior Matteo Salvini, el Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S) lograron formar ayer su primer Gobierno de coalición, que estará encabezado por Giuseppe Conte y que hoy jurará sus cargos.

«Teniendo en cuenta un programa orientado al futuro, dedicaremos nuestras energías, competencia y pasión a hacer mejor Italia por el interés de todos los ciudadanos», declaró el primer ministro, Giuseppe Conte, en la presentación del primer Gobierno de coalición entre el M5S y el PD, que ha puesto fin a la crisis política que provocó hace casi un mes el exministro de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini al romper su alianza con los grillistas.

Conte desveló ayer, tras recibir el visto bueno del presidente italiano, Sergio Matarella, la composición del Consejo de Ministros, cuyos principales sillones se repartes los pesos pesados de ambas formaciones. El líder del M5S, Luigi Di Maio, se hará cargo de la cartera de Exteriores. El otro puesto sensible en la situación actual, el Ministerio de Economía y Finanzas, es para el eurodiputado del PD Roberto Gualtieri, cercano al exjefe de Gobierno Matteo Renzi, que tendrá que actuar rápidamente para abordar el problema más apremiante de Italia: los presupuestos.

De sus 22 integrantes (incluido el subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros), once son del M5S, nueve del PD, once del M5S, una figura de carácter técnico –la exprefecta de Milán Luciana Lamorgese al frente de Interior y uno –Sanidad– del pequeño partido de izquierda Liberi e Uguali (LEU), al que Conte ha implicado para ampliar la base parlamentaria del nuevo Ejecutivo. Catorce son hombres y siete, mujeres.

Lamorgese sustituye a Salvini, que pasó los 14 meses de su mandato endureciendo la política migratoria italiana a golpe de decretos, que prohibían a los barcos humanitarios que rescatan a migrantes en el Mediterráneo entrar en las aguas italianas e imponiendo multas a las ONG que les ayudan.

Salvini, líder de la Lega, hizo estallar el 8 de agosto la coalición en el poder, por los reiterados rechazos del M5S a sus políticas.

El nuevo Gobierno de Conte, que se comprometió a formar un equipo que respete el equilibrio entre las dos fuerzas políticas hasta ahora enfrentadas, entrará oficialmente en funciones tras prestar juramento esta mañana en el Palacio del Quirinal, sede de la Presidencia.

Después tendrán que pedir la confianza de las cámaras, lo que podrá ocurrir mañana o ya el lunes próximo.

 

Di Maio renuncia a sus pretensiones y se lleva Exteriores

Luigi Di Maio, ambicioso jefe de filas del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), logró llevar a sus 33 años a su partido al poder, pero al precio de una alianza con la extrema derecha de Mateo Salvini que le obligó a renunciar una tras otra a sus promesas y que se fue al traste con una operación Úrsula que forzó a que el líder xenófobo rompiera la coalición y que, de paso, ha reforzado al primer ministro, Giusseppe Conte, y debilitado al propio Di Maio.

Este último, que aspiraba a seguir siendo viceprimer ministro y titular de Interior, ha tenido que renunciar a sus pretensiones en el nuevo Ejecutivo, eso sí, con un importante premio de consolación, el del Ministerio de Exteriores.

Tras lograr el 32% de votos para el M5S en las legislativas de marzo de 2018, firmó un «contrato de gobierno» con Salvini, tratándolo de igual a igual pese a que no cosechó más de un 17%.

De traje siempre impecable, una sonrisa perenne en los labios y tono reposado, Di Maio se impuso al discurso vociferante del fundador del movimiento, el cómico Beppe Grillo.

Con 71 años, este último decidió tomar distancias frente a un M5S al considerarlo «maduro» y, sin cederle las llaves accedió a la designación de Di Maio como jefe político del movimiento en setiembre de 2017.

El gallardo delfín lideró una campaña en la que pegó a diestra y siniestra, contra Silvio Berlusconi (Forza Italia) y contra Matteo Renzi (PD), sin olvidar a Salvini (Lega).

Acusado por sus oponentes de inexperiencia, e incluso de incompetencia en razón de su juventud y de un curriculum bastante raquítico, convenció sin embargo a 11 millones de electores.

Pese a, o por, ser hijo de un exdirigente del MSI, partido neofascista italiano hoy disuelto, Di Maio se reivindica «moderado» y rechaza el término populista.

Su estrella política comenzó a declinar cuando el M5S comenzó a sufrir varapalos electorales (17% en las europeas de mayo) y a la vista de que su figura y sus propuestas políticas (renta ciudadana, marcha atrás en el TAV Lyon-Turín) sucumbían o eran descafeinadas al empuje de Salvini.

Las negociaciones entre el M5S y el PD terminaron de eclipsar a un Di Maio que al principio se mostró contrario y no dudó en lanzar pataletas ante las que Conte, el hombre fuerte que él mismo encumbró, le llamó al orden.

Desde Exteriores, Di Maio intentará controlar que no le pase lo mismo con operaciones internacionales como la que ha acabado tocando a su figura política. Dabid LAZKANOITURBURU