El abanico de gastos abarca 70 actuaciones, que afectan a todos los barrios y todas las áreas de la ciudad. El Ayuntamiento anterior consiguió que se aprobaran dos partidas de IFS (Inversiones Financieramente Sostenibles) gracias al rigor con el que llevó sus cuentas. Estas actuaciones deben completarse antes de que termine el año.
La discusión se convirtió en el debut de la edil de EH Bildu Marian Aldaia y de la responsale del área, María Echávarri. Ambas se han enzarzado en un cruce de acusaciones sobre la madurez de los proyectos en los que se quiere invertir. Echávarri no ha parecido contenta con que le prioricen dónde ha de gastar y se ha agarrado a inconcreciones para esquivar el compromiso. Aldaia no ha permitido críticas a la gestión y le ha imprido urgencia.
Maite Esporrín, del PSN, ha sostenido que el discurso de Navarra Suma no han sido más que «excusas de mal pagador». La portavoz ha dicho que llevar esta moción a la comisión tenía un punto de innecesario, pues ya se aprobaron estos gastos, pero que convien recordar a Enrique Maya «que no tiene mayoría y que tiene que hacer lo que le dice la mayoría». Y, sobre estos gastos en concreto, Esporrín le ha espetado que la mayoría que aprobó las IFS es la que hoy, pese a estar uno más, se queda en la oposición.
Patxi Leuza, por parte de Geroa Bai, ha remarcado que las partidas son muy concretas y que solo hace falta voluntad para llevarlos a la práctica.