Un manto de silencio total se ha extendido en las diferentes esferas del Estado español sobre las conexiones entre el imán de Ripoll Abdelbaki es Satty, cabecilla del grupo yihadista que perpetró la masacre de Las Ramblas de agosto de 2017, y el espionaje español. ‘‘Público’’ reveló en julio que fue confidente del CNI justo hasta la matanza, o al menos así constaba en sus archivos, pero la Audiencia Nacional ha rechazado investigarlo.
Así se lo ha hecho saber al demandante, Jaume Alonso Cuevillas, que representa a Javier Martínez, el padre de un ñiño de 3 años de Rubí (Barcelona) que murió en Las Ramblas (hubo quince muertos en total allí), atropello por un yihadista.
El argumento empleado por el juzgado instructor del caso en la Audiencia Nacional es que no considera necesario indagar en ese vínculo.
La cuestión ya fue objeto de polémica en el segundo aniversario de la matanza, cuando en un mensaje desde prisión (está encarcelado por el «procés») el que entonces era consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, acusó al Gobierno español de «optar por el oscurantismo» ante esta cuestión tan grave.
Abdelbaki es Satty murió en la explosión previa de la casa de Alcanar (Tarragona) en la que el grupo preparaba los explosivos.