Tras una larga disputa entre EEUU y la Unión Europea en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), esta ha fallado contra la UE y autoriza a Washington a adoptar contramedidas contra la UE en su conjunto y contra determinados Estados miembros en particular, por un valor que no exceda de 7.500 millones de dólares anuales. Las medidas pueden ser de dos clases: la supresión de concesiones arancelarias, es decir, la aplicación de aranceles a determinados productos o la suspensión de compromisos horizontales o sectoriales recogidos en un listado de servicios del que se excluyen los financieros.
Conocida la resolución, el Gobierno de EEUU anunció que comenzará a imponer aranceles a la UE y especialmente a cuatro países –Alemania, Estado francés y español y Gran Bretaña– a partir del 18 de octubre, siempre que en la reunión del próximo 14 de octubre la OMC dé el visto bueno a las contramedidas que proponga EEUU.
Subida de aranceles
El jefe de Comercio Exterior de EEUU, Robert Lighthizer, informó en un comunicado que, de momento, impondrá aranceles del 10% a las aeronaves civiles grandes que exporte el bloque comunitario y del 25% a determinados productos agrícolas.
Según el listado provisional publicado, los aranceles afectarán a vinos, licores, aceites, lácteos, quesos, porcino, jamones, melocotones, peras y cítricos del Estado español. El inventario incluye asimismo productos franceses, vino y quesos; alemanes, café, galletas y gofres; británicos como el whisky y los dulces; y quesos de Italia. También enumera otros productos elaborados en una veintena de países europeos.
Un largo litigio
La noticia alegró a Donald Trump, que calificó de «bonita victoria» la resolución de la OMC. Su figura también centró las iras de los afectados, a pesar de que es un litigio que comenzó hace 15 años, cuando EEUU acusó a la UE de haber dado ayudas públicas prohibidas por las normas de la Organización Mundial del Comercio a la compañía de aviación Airbus.
Entre las medidas ilegales que denunció EEUU estaban la financiación para el diseño y desarrollo; la concesión de donaciones y bienes y servicios con el fin de mejorar los centros de fabricación de Airbus para producir el A380; préstamos en condiciones preferenciales; asunción y condonación de deudas; aportaciones de capital, etc. La denuncia abarcaba varios artículos del GATT, así como diversos artículos del acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias (SMC). Todo ello permitió a Airbus obtener una ventaja sobre sus competidores, en este caso la estadounidense Boeing, para el lanzamiento de sus modelos Airbus 380 y A350.
El arbitro designado por la OMC ha concluido que esas subvenciones ocasionaron unas pérdidas a Boeing entre 2011 y 2013 de 7.496,623 millones de dólares al año y por lo tanto autoriza a Estados Unidos a adoptar contramedidas que no excedan el montante de las pérdidas estimadas.
Reacciones del campo
La noticia puso en pie de guerra a las asociaciones de agricultores y ganaderos que fueron las primeras en reaccionar. La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) exigió una respuesta «contundente» a Bruselas, señalando que los agricultores eran las principales víctimas «colaterales» de un conflicto comercial.
En similares términos valoró COAG la situación creada por la resolución de la OMC y la respuesta estadounidense. Apuntó que era «injusto» y «desproporcionado» que el sector agrario fuera «el pagano de una guerra comercial de la Unión Europea que no tiene nada que ver con el campo».
Por otra parte, la gerente de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), Inés Baigorri, reconoció la preocupación que ha generado el anuncio del Gobierno norteamericano de imponer un arancel del 25% a vinos procedentes de Europa. Recordó que aproximadamente toda la Denominación de Origen de Rioja vende unos diez millones de botellas anuales en EEUU, un mercado que definió como «en alza». EEUU es el tercer destino internacional de los vinos de Rioja Alavesa, solo por detrás del Reino Unido y Suiza. «Lo único que nos queda es estar a la expectativa y confiar en que no ocurra lo anunciado, al menos en esos términos», concluyó.
Impacto contradictorio
Las valoraciones desde el Gobierno de Lakua fueron contradictorias. El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, señaló que, a su juicio, los nuevos aranceles pueden generar «alguna perturbación» en la economía vasca, sin embargo, pese a las actuales incertidumbres internacionales, el consejero prevé que siga creciendo. Por ello emplazó a mantener la «calma» y a no generar «alarmas innecesarias».
Sin embargo, su compañera de gabinete, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, alertó desde Londres que si los nuevos aranceles prosperan serán «muy preocupantes» para parte de la actividad de Euskadi. Destacó como sectores más afectados la aeronáutica, el vitivinícola y el aceite. Y reclamó una «una Europa fuerte, donde se adopten políticas comerciales e industriales contundentes».
Bruselas asume
La Unión Europea lamentó la decisión de EEUU de imponer aranceles adicionales a los productos europeos. En su valoración consideró que, «en primer lugar, golpearán a los consumidores y empresas estadounidenses y que hará más complicados los esfuerzos por llegar a un acuerdo negociado».
Bruselas recordó que la OMC ha determinado que «tanto la UE como EEUU son culpables de haber continuado dando ciertos subsidios irregulares a sus fabricantes aeronáuticos». Y agregó que en el caso paralelo que se instruye en la OMC sobre las ayudas públicas recibidas por el fabricante aeronáutico estadounidense Boeing, «a la UE se le concederá igualmente en unos meses el derecho a imponer contramedidas contra EEUU, como resultado de que continuó sin cumplir con las normas de la OMC».