Ramón Sola
BARAKALDO

Sánchez en Barakaldo: «¿España dictadura? Si vamos a cerrar el mausoleo de Franco...»

A cinco semanas del 10N, el candidato del PSOE a la reelección, Pedro Sánchez, ha pasado por Barakaldo con un discurso basado en la «E» de España, que ha intentado situar como sinónimo de progreso social y lo contrario a la «dictadura» que advierte en los independentismos catalán y vasco.

Idoia Mendia y Pedro Sánchez se abrazan hoy en Barakaldo. (Juanan RUIZ | FOKU)
Idoia Mendia y Pedro Sánchez se abrazan hoy en Barakaldo. (Juanan RUIZ | FOKU)

Los discursos de Pedro Sánchez en Euskal Herria siempre han sido prácticamente idénticos a los que puede enunciar en Pontevedra, Alcant o Badajoz, y el de este mediodía en Barakaldo no ha sido una excepción. Ha acudido al frontón de la localidad para coronar el acto de presentación de Idoia Mendia como candidata a lehendakari, aunque obviamente solo la líder vasca ha mirado a esa cita aún sin fecha, mientras que la mente del presidente español está fijada absolutamente en lo urgente y para él trascendente: los comicios del 10N.

Mirando de reojo al independentismo catalán (al que ha pedido mesura en su respuesta a la sentencia del Supremo), y por extensión al vasco, Sánchez ha intentado negar que el Estado español sea una «dictadura» y lo ha hecho con el argumento previsible: «Hace 40 años que somos una democracia, y ahora gracias al PSOE vamos a cerrar muy pronto el mauseleo dedicado al dictador Franco».

«Hay muchas diferencias entre Catalunya y Euskadi», ha dicho el líder del PSOE, aunque evitando profundizar en un análisis que podía meterle en arenas movedizas. En su opinión, lo que les une es «la aportacion del PSOE, con su apuesta por la convivencia, la tolerancia y la diversidad». Tanto en uno como en otro territorio, «vamos a superar la crisis de convivencia, primero con la ley y luego con el diálogo», ha planteado.

Apenas ha habido apuntes, y solo genéricos, sobre el autogobierno. Ello ha dejado sin confirmación lo que el propio Sánchez afirmaba esta mañana en una entrevista a diarios del Grupo Vocento, en los que se declara dispuesto a completar el Estatuto de Gernika (de hace ya 40 años) la próxima legislatura, cuente o no con apoyo del PNV. No está de más recordar que Sánchez prometió la transferencia de Tráfico a la Policía Foral a Uxue Barkos, pero cuando a la Presidencia del Gobierno navarro ha llegado María Chivite –de sus propias filas– no solo no ha materializado el compromiso, sino que lo ha metido en un cajón.

Ante el más de un millar de afiliados y simpatizantes que llenaban el frontón, Sánchez ha articulado toda su intervención en torno a la «E» de PSOE, presentando a la España que lidera ahora su partido como sinónimo de «solidaridad, igualdad de oportunidades, revalorización de las pensiones, empleo digno, educación pública, emancipación de la gente joven, empoderamiento de la mujer, ecología, Estado autonómico…»

En cuanto a las próximas urnas, ha pedido a sus bases «dejar de lado lamentos y reproches» sobre por qué no se ha consumado un gobierno de izquierdas en esta legislatura. Lo pospone para después: «A partir del 10N empezaremos a hacer muchas cosas». Y ya sin marcar una dirección: «Vamos a las urnas porque nos han bloqueado todos».

Mendia: «Hemos hecho posible lo imposible»

A Pedro Sánchez le ha precedido Idoia Mendia, proclamada candidata a lehendakari de nuevo por su partido. Con cierta grandilocuencia, ha trazado un panegírico del PSOE difícilmente reconocible, en el que le ha atribuido –y en exclusiva– todo tipo de méritos.

Así, ha comenzado afirmando que «hemos dado la vuelta a la política vasca», «hemos roto los bloques monolíticos» y «somos la red de seguridad de los vascos». Y le ha añadido: «Parecía imposible que en Euskadi hubiera un gobierno socialista y lo hicimos posible; parecía imposible que ETA se acabara sin ceder a su imposición y lo hicimos posible; parecía imposible romper la política de bloques en Nafarroa –nacionalismo foralista o nacionalismo vasco– y lo hemos hecho posible con María Chivite; parecía imposible que la vuelta a España regresara al País Vasco y lo hemos hecho posible, y hoy la izquierda abertzale no la recibe con chinchetas sino con ikurriñas».