Finalmente ha sido pasadas las 00.15 cuando el president de la Generalitat, Quim Torra, ha emitido una brevísima declaración institucional para rechazar los disturbios, con un discurso que, probablemente, no satisfará ni a quienes le exigían una condena de la violencia –empezando por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez– ni mucho menos a los que siguen a esta hora en las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas.
«Siempre hemos condenado y condenamos la violencia», ha empezado Torra, que ha considerado que «no se pueden permitir los incidentes que estamos viendo en las calles de nuestro país».
«Esto debe pararse ahora mismo. No hay ninguna razón ni justificación para quemar coches ni ningún acto vandálico. La protesta debe ser siempre pacífica y cívica», ha seguido tras lo cual ha añadido que no pueden «permitir que grupos de infiltrados y provocadores malogren la imagen de un movimiento de millones de catalanes que han salido siempre a la calle de manera firme, pero serena».
«No podemos aceptar que unos pocos que no nos representan rompan el camino que ha seguido desde hace muchos años el independentismo», ha seguido, antes de llegar a otra frase que ya ha empezado a ser criticada: «El uno de octubre derrotamos al Estado sin destrozar nada».
Torra, que no ha dicho nada sobre la actuación policial –solo hoy: un traumatismo cranoencefálico y 15 traslados hospitalarios, uno de ellos con pronóstico grave– se suma así a las manifestaciones que esta noche han realizado otras figuras como el president en el exilio, Carles Puigdemont, el president del Parlament, Roger Torrent, o el propio vicepresidente, Pere Aragonès.