La investigación de la muerte de la periodista Daphne Caruana Galizia, ocurrida hace dos años, ha abierto una crisis política en Malta, donde hoy han dimitido dos ministros horas después de que lo hiciera el jefe de gabinete del primer ministro.
El ministro de Turismo, Konrad Mizzi, ha anunciado que dimitía de su cargo apenas un día después de asegurar a los medios de que no lo haría. Por su parte, el titular de Economía, Chris Cardona, se ha «suspendido» a sí mismo en sus funciones hasta que concluyan las investigaciones sobre el crimen.
Mizzi ha anunciado su renuncia después de una reunión del gabinete afirmando que «sentí que era mi deber», pero no ha aclarado si se trata de un cese forzado.
La dimisión de ambos ministros se produce pocas horas después de que el primer ministro, Joseph Muscat, anunciara la renuncia de su jefe de gabinete, Keith Schembri, que ayer habría sido interrogado por la policía en relación con la muerte de Caruana.
Yorgen Fenech, el empresario detenido la semana pasada en su yate en el Mediterráneo como supuesto ordenante del crimen ocurrido en 2017 es accionista de la compañía de la central eléctrica Electrogas, que había sido mencionada en los Papeles de Panamá como el vehículo para depositar fondos propiedad de Mizzi y de Schembri en empresas secretas en ese país.
Mizzi, antes ministro de Energía, fue responsable de la concesión del contrato a Electrogas y la construcción de la central eléctrica.
Corrupción y crimen
Esta mañana, Muscat ha anunciado la dimisión de su jefe de gabinete después de que algunas fuentes revelaran que éste estaba siendo interrogado en relación con la investigación del crimen y de que French lo había relacionado con casos de corrupción y con la muerte de la periodista.
Schembri había sido acusado de corrupción por la propia Caruana Galizia, la periodista de investigación de 53 años que murió en un atentado con una bomba colocada en su coche el 16 de octubre de 2017 cerca de su domicilio en La Valeta, un caso que conmocionó a la opinión pública maltesa y europea.
El caso amenaza con salpicar al propio primer ministro quien, al ser preguntado hoy, aseguró que dimitirá «si hay alguna clase de relación entre mi y el asesinato», aunque insistió en que «nunca había hecho la vista gorda» ante la corrupción.
La periodista Caruana también investigaba la relación de la clase política maltesa, incluido el primer ministro y su esposa, con los Papeles de Panamá y otros casos de corrupción.
Aunque el primer ministro llegó a ofrecer un millón de euros para quien facilitara información, en un intento de calmar el escándalo, los hijos de la informadora cargaron contra el Gobierno de Malta y tachan al país de «mafioso».
También reclamaron la dimisión de Muscat y otros altos cargos del Estado al considerarlos responsables de la impunidad que, según ellos, reina ante el crimen y las irregularidades.