¿Qué se puede decir de un equipo que pierde todos sus cuartos cuando más falta le hacía ganar, 48 horas después de caer por 32 puntos en Atenas? ¿Qué se puede decir de un equipo en el que su mejor pívot es el tercero en discordia, Ilimane Diop, tan defenestrado por su entrenador, Velimir Perasovic, que no le ha dado un solo segundo de cancha en toda la segunda mitad? ¿Qué se puede decir de un equipo que pierde 19 balones, cede 12 rebotes en ataque y que no ha terminado a trompadas con el Morabanc Andorra porque en el bando local no ha habido ganas de gresca? ¿Qué se puede decir de la rotación tan corta como caótica de Perasovic, en el que la lesión de Vildoza ha convertido a Pierria Henry en el único base, para acabar ser el único jugador centrado en el juego, mientras que jugadores como Shengelia –expulsado al final del tercer cuarto–, se han borrado, por no hablar de la falta de concentración de Stauskas y Janning o los horrores defensivos y posicionales de Micheal Eric y Youssoupha Fall?
El balance de 5-6 complica un poco más el desempeño de Kirolbet Baskonia en pos de clasificarse para la Copa, pero visto lo visto, casi que da igual. No vamos a pedir la cabeza de Velimir Perasovic, quién somos nosotros para pedirnos semejantes prerrogativas, pero sí es cierto que la recuperación vista la semana pasada en el Buesa Arena ha desaparecido de un plumazo. Porque a día de hoy, Kirolbet Baskonia no necesita más de un solo plumazo para hundirse. Así se ha visto ante un Morabanc Andorra que, como rival directo para luchar por la Copa, le ha tomado ventaja al cuadro gasteiztarra, amén de fastidiarle un poco el average general con los 15 puntos de diferencia. Pero es que los pupilos de Ibon Navarro han ido por delante en el marcador durante los 40 minutos, con Clevin Hannah anotando 20 puntos, por 18 de David Jelinek o los 10 de otro exbaskonista como Dejan Musli, clave en los últimos minutoa sobre todo a la hora de ganarle la partida por el rebote a Micheal Eric.
Kirolbet Baskonia ha acabado desquiciado porque ha jugado desquiciado. Después de cometer –o perpetrar– pérdidas infantiles como el que le ha costado un mate de contragolpe en la última jugada del primer cuarto, para llegar al final del primer asalto con 22-14 en el luminoso, ¿qué se puede esperar? Los gasteiztarras no es que hayan jugado mal, es que no han estado en el partido, más preocupados en protestar a los árbitros –cuyas decisiones han sido ciertamente discutibles–, enfadarse con el mundo, los rivales... lo que sea excepto centrarse en su plan de partido... porque durante varios momentos ha parecido que ese plan de partido no existía, sin más.
El enigma Ilimane
El único momento, antes del heroico cuarto final de Pierria Henry, en el que Kirolbet Baskonia ha parecido un equipo con cara y ojos ha sido en el segundo cuarto, al menos en los nueve primeros minutos, porque en el minuto final del segundo asalto han encajado un parcial de 7-0, después de una falta técnica bien merecida que se ha ganado Ilimane Diop. Pero lo cierto es que el gasteiztarra de Dakar ha sido el único pívot capaz de apuntalar el rebote defensivo y cargar el de ataque; bloquear como es debido, cambiar de asignación defensiva y regresar sin encajar canasta... Kirolbet Baskonia ha pasado de caer por 26-14 a arrimarse 29-27, ante un rival con un Musli desacertado en la línea de tiros libres y tras la lesión del hispano-dominicano Tyson Pérez.
Pero después del mal minuto de Diop antes del descanso, Perasovic ha hecho al parecer responsable al pívot hispano-senegalés, un 41-32 al que ha culpabilizado a Diop. No se entiende de otro modo, porque unos Micheal Eric y Fall superados en la zona han defendido su aro bastante peor.
Y por si todo ello fuera poco, Morabanc Andorra no ha perdonado. Jugadores como Jelinek han hecho muchísimo daño con su tiro exterior, hundiendo a un Baskonia que ha sentido cada golpe como si fuera el definitivo. Y bien que parecía definitivo cuando se ha autoexpulsado Tornike Shengelia. Sin embargo, en esos instantes ha emergido un gran Pierria Henry, que a su modo, un tanto díscolo, ha vuelto loco a los bases de Morabanc andorra en buena parte del último período. Pero justo ahí ha asomado Dejan Musli para mantener a flote a los de Ibon Navarro con más de 10 puntos de colchón.
No obstante, el Baskonia, aunque no ha dado la impresión de poder remontar, sí que ha metido el miedo en el cuerpo a su rival, sobre todo porque la presión defensiva baskonista ha acogotado a los locales. Hasta que ha asomado Clevin Hannah, con su habitual buena mano y valentía para asumir los retos, anotando los tiros que su equipo necesitaba para, en un larguísimo último cuarto, mantener a su equipo a flote y garantizar el triunfo y hasta un final tranquilo y de festividad completa con sus aficionados.
Sigue habiendo tiempo para arreglar el desaguisado, pero Kirolbet Baskonia, aparte de fichar a alguien para recuperar a una diezmada plantilla, necesita algo de equilibrio. Empezando por su entrenador, porque da la impresión, al menos desde fuera, que los propios jugadores no saben a qué atenerse de lo que le propone su técnico, y por eso vienen estos ejercicios de impotencia como el visto en Andorra.