Hay que reconocer que, de cara a la Copa, las cosas se han puesto más que difíciles para RETAbet Bilbao Basket, sobre todo porque cierra la primera vuelta en el Palau Blaugrana. Pero no solo, porque antes de enfrentarse a Estudiantes en Miribilla, completando la jornada de «Saskigabonak», la paliza de Andorra sobre Zaragoza –106-78 para los de Ibon Navarro–, ha puesto la clasificación copera más difícil todavía.
¡Pero qué más da! RETAbet Bilbao Basket ha roto el partido en el primer cuarto y ha creído que la victoria iba a ser fácil. Y en estas Estudiantes ha resucitado, valiéndose de una ausencia muy prolongada de Bouteille en el banquillo. Todo ello ha trastocado el juego y el plan de partido de los de Alex Mumbrú, que han rozado la histeria en un tercer cuarto que ha podido ser definitivo, de no haber aparecido un salvador Jonathan Rouselle, autor de 16 tantos.
Las crónicas y los highlights se quedarán con el mate estratosférico de Jaylon Brown, autor de 20 puntos, 9 de ellos en el cuarto final, sobre Kadji. Pero si no es por esos minutos de Rouselle, quién sabe. O por poner a otros protagonistas de esta novena victoria –el 75% de la salvación, damas y caballeros–, la tremebunda defensa de Ben Lammers –20 de valoración con solo 9 puntos anotados–, los providenciales puntos de Kulboka con el marcador aún adverso y las dos canastas de Schreiner después de que Rouselle haya cometido su cuarta falta.
¿Dónde se ha torcido el partido?
Como las permanencias no las venden en los rastros dominicales, los hombres de negro han salido en pos de conseguir su novena victoria frente a un rival que, al menos en apariencia, da más importancia a anotar mucho a impedir que su rival anote. En esas, Kadji y Scrubb se han afanado en hacer del arranque estudiantil una oda al triple, anotando tres de sus cuatro primeros intentos, incluyendo un «tres más uno de Scrubb. Sin embargo, los bilbaínos han replicado con un acierto que, si uno echa memoria, recordará que careció en tierras murcianas. Y a diferencia de lo acaecido el pasado fin de semana, no solo ha sido Bouteille el autor de los bombazos exteriores, sino que Sulejmanovic y Rafa Martínez también han atinado.
No obstante, el primer tirón bilbaino ha llegado junto con las rotaciones. La entrada de Ben Lammers, Schreiner y Sergio Rodríguez, más la movilidad de Jaylon Brown, ha desarbolado a un Estudiantes que, después de llegar con 10-14 a poco menos de seis minutos para terminar el primer cuarto, ha visto cómo su anotación se ha atascado completamente, encajando un parcial de 18-0 que, a poco que los bilbaínos hubieran corrido mejor a la contra, hubiera sido aún más escandaloso. La combinación de tapón y mate a la contra de Ben Lammers ha terminado de encender un Bilbao Arena relajado pero animoso en una jornada con pinta de salir redonda. Y para redondez, el triple con el que ha rubricado el primer cuarto Jaylon Brown, para poner la ruta hacia la novena victoria: 28-14.
Tan bueno ha sido el final del primer cuarto como malo el inicio del segundo. Estudiantes al fin ha afinado su defensa, mientras que varios errores no forzados han empañado el hasta entonces buen juego ofensivo de Bilbao Basket. Asimimso, Arteaga y Vicedo se han sumado a base de rebañar rebotes a la anotación de Kadji y Scrubb y el parcial devuelto ha sido de 2-11. Por fortuna, con Bouteille algo «olvidado« por Mumbrú en el banquillo, Jaylon Brown ha encontrado el camino de la anotación a golpe de triple. Pero el cuadro bilbaino ha perdido el ritmo y, sin Bouteille, insistimos, Bilbao Basket se ha quedado sin faro ofensivo sobre quien pilotar el juego.
Al tiempo, Tony Douglas se ha metido en juego en el bando estudiantil –alternando grandes canastas como majaderías como «colarse» en un aparte de Mumbrú con sus jugadores–, al punto de que un robo suyo a un mal pase de Rafa Martínez ha concluido con una bandeja que ha elevado el 38-37, para regocijo del elevado puñado de seguidores de la «Demencia» –que entre sus muchos cçanticos, han tenido un recuerdo por los jóvenes de Altsasu– y obligando a Mumbrú a pedir tiempo muerto –y reincorporar a Bouteille al juego, por fin–.
Pese a sus 2,13 metros de altura, no es que Víctor Arteaga sea un pívot especialmente duro ni intimidador, pero los hombres de negro se han obcecado en chocarse contra el muro estudiantil, al punto de que algo parecido a la desesperación ja empezado a cundir. Tanto es así que Dukan ha adelantado fugazmente a los del Ramiro, después de dos tiros libres errados por Sulejmaonivc.
Por fortuna, un parcial de 4-0 conseguido entre Rouselle y Rafa Martínez ha devuelto la delantera a los vizcainos, pero sin poder desprenderse de la incomodidad de un Estudiantes que, sin esperarse del todo en defensa, se ha incrustado en la pelea por el partido. Y así es como Estudiantes ha vuelto a darle la vuelta al luminoso, fruto de un triple de Scrubb a la defensa zonal 2-3 de Bilbao Basket y dos tiros libres convertidos por Dangubic, después de una pérdida de Rouselle, para llegar al descanso con 42-44, tras un parcial acumulado de 14-30.
Rouselle salva y Brown machaca
No ha podido empezar peor el tercer cuarto: triple de Pressey, perdida de balón y tercera personal de Ben Lammers, con dos tiros libres encestados por Dangubic: 42-49. Los hombres de negro, al ver que el partido se ha torcido por completo, han caído presas de una iexplicable precipitación, sin que haya aparecido nadie para poner algo de calma. Al tiempo, Estudiantes se ha empezado a creer en sus opciones, sobre todo ante un rival que ha vivido el tercer cuarto como si fuera el último.
En ese sentido, Jonathan Rouselle ha tenido mucha culpa de que los bilbainos no hayan perdido el tren del partido en el tercer período. Ha anotado triples y ha conectado con sus compañeros cuando el resto de Bilbao Basket corría como pollos sin cabeza. El base galo, cuyos defectos a la hora de descontrolarse con las faltas o su aparente apatía no han cañizo muy bien en Bilbo, ha mantenido vivo a Bilbao Basket, llegándose con 61-65 al final del tercer cuarto, con un triple bien doloroso por parte de Douglas para finalizar el asalto.
Los 9.118 espectadores del Bilbao Arena han visto todas las alarmas encendidas, y más cuando un atolondradísimo Bouteille ha cometido errores por falta de concentración, como buscar un triple de Kulboka cuando tenía la bandeja hecha. No obstante, Bilbao Basket ha apretado atrás, casi con desesperación, mientras que en ataque se han sucedido latigazos de esperanza entre la desesperación. Así, Kulboka ha igualado a 68 con un triple liberador y Jaylon Brown ha devuelto la ventaja a Bilbao Basket con una contra que ha anotado a trompicones y un matazo espectacular por encima de Kenny Kadji, que en nada envidia al que hace años Dejan Todorovic le metió a Lampe.
Erigido en héroe poco anónimo, Brown ha asistido para el alley top de Lammers en el 74-72 y ha anotado un triplazo espectacular, poniendo el 77-72 en Miribilla, que ha seguido los minutos finales con el corazón en un puño. Entre las buenas noticias, la quinta falta de Víctor Arteaga, y los dos primeros puntos de Schreiner para poner el 79-73 a tres minutos para el final.
Tal ha sido la situación de histeria vivida, que el minuto final ha sido hasta… tranquilo. Estudiantes, después de haber acariciado el triunfo, se ha quedado sin gasolina, incapaz de superar a Lammers y con el acierto del tiro exterior perdido, mientras que Bouteille, al fin, ha anotado una bandeja fácil y Schreiner, contagiado por el gran partido de Rouseille, ha puesto el sello al partido, un sello que con una bandeja a la contra le ha puesto el bueno de Jaylon Brown, autor de 9 de sus 20 puntos en el cuarto decisivo. La Copa está realmente difícil, pero no es poco haber rescatado esta novena victoria: tres cuartas partes de la salvación, nada menos.