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Turquía derriba dos aviones sirios en el comienzo de su ofensiva contra Damasco

Turquía ha abatido este domingo dos aviones de combate sirios como respuesta al derribo previo de un dron turco por parte del Ejército sirio. Ankara confirma así el comienzo de una nueva ofensiva en el noroeste de Siria para intentar frenar el avance de Damasco frente a los grupos islamistas y yihadistas a sueldo de Turquía.

Columnas de humo en localidad de Qaminas, en Idleb, tras un bombardeo ruso. (Ibrahim YASOUF/AFP)
Columnas de humo en localidad de Qaminas, en Idleb, tras un bombardeo ruso. (Ibrahim YASOUF/AFP)

Dos aviones de guerra sirios han sido abatidos por unidades turcas en la provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, en respuesta al derribo previo de un dron turco en el inicio de la ofensiva de Ankara contra el Ejército sirio y sus aliados.

El Ministerio de Defensa turco ha asegurado que los dos aviones sirios Sukhoi Su-24 han sido derribados después de que intentaran atacar a las fuerzas de Ankara.

Los pilotos de los aviones han podido saltar con paracaídas y se encuentran en buen estado, ha indicado la agencia estatal siria SANA.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha señalado que los aviones han sido derribados por misiles aire-aire lanzados por cazas F-16 turcos desde la frontera turco-siria.

Los dos aparatos han caído en las zonas de Maarat al Numan y los montes de Zawya, en el sur de Idleb.

Según fuentes militares sirias esta acción se ha producido después de que las fuerzas sirias derribaran un dron turco en la ciudad de Saraqeb, en el este de Idleb.

Frentes «en llamas»

Las mismas fuentes han afirmado que los frentes de combate en Idleb se encuentran actualmente «en llamas», para describir los combates y bombardeos cada vez más intensos entre las facciones yihadistas a sueldo de Turquía, por un lado, y las tropas sirias amparadas por la aviación rusa, por otro.

La guerra siria corre además el riesgo de enfrentar abiertamente a los ejércitos sirio y turco después de que Ankara anunciara una nueva ofensiva en territorio sirio –que ha bautizado como «Escudo de Primavera»–, con la duda de si llegará a enfrentarse también a Rusia.

El ministro turco de Defensa, Hulusi Akara, ha asegurado que Ankara no busca la confrontación con Moscú, pero será el Kremlin quien decida si permite a Turquía continuar atacando posiciones sirias.

Por su parte, Siria ha cerrado el espacio aéreo del país –controlado de facto por Moscú– a todo elemento hostil, y ha amenazado con derribarlo si viola la prohibición de volar sobre el noroeste del país.

Hace tres días Turquía vivió uno de sus peores episodios de su intervención militar en Siria por la muerte de una treintena de soldados turcos, atribuida por Ankara a las fuerzas gubernamentales.

Idleb y el oeste de la vecina provincia de Alepo están prácticamente dominados por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda.

Turquía demanda además apoyo a sus aliados en la OTAN y presiona a Europa abriendo las fronteras a cientos de miles de refugiados a los que hasta ahora ha contenido en su territorio y que Grecia intenta frenar en la frontera.