El pasado 4 de marzo, el ex futbolista brasileño Ronaldinho era recibido en el aeropuerto de Asunción en Paraguay por una oleada de seguidores y medios de comunicación. Retirado como jugador profesional en 2015, en los últimos años se gana la vida acudiendo a distintos eventos y actos promocionales.
Ronaldinho llegaba a Paraguay invitado por el dueño de un casino y una entidad llamada «Fraternidad Angelical». Iba a asistir a un acto para promocionar la asistencia sanitaria gratuíta entre niños y niñas. Los ciudadanos brasileños pueden entrar a Paraguay presentando el DNI por formar parte de Mercosur, pero el ex jugador y su hermano presentaron ante los agentes de fronteras sendos pasaportes en los que decían que eran paraguayos nacionalizados. En un primer momento les dejaron pasar en las aduanas, pero por la noche eran arrestados en su hotel.
Desde la defensa del astro brasileño sostienen que los pasaportes fueron un «regalo» y que fueron «engañados». El recurso presentado ha sido rechazado por el tribunal y todo apunta a que, el próximo 21 de marzo, Ronaldinho va a cumplir 40 años en prisión. El juez encargado del caso considera que existe riesgo de fuga por falta de arraigo. Sin embargo, añadía que si presentan «garantías suficientes y pertinentes», puede modificarse la decisión. Las autoridades paraguayas han abierto una investigación y 14 personas se encuentran procesadas, entre ellas una empresaria que entregó los pasaportes falsos a los brasileños y se encontraría en paradero desconocido.
Además de ser imagen de decenas de marcas, Ronaldinho ejerce de «embajador del turismo» para el Gobierno brasileño. Como muchos futbolistas ha mostrado su respaldo al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro. El ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, ha preguntado por su situación a las autoridades paraguayas.
Ronaldinho arrastraba ya problemas judiciales en su país y para evitar que se fugara le fueron confiscados sus pasaportes tanto el brasileño como el español, que obtuvo tras su paso por el Barcelona. Tiene embargados por la Justicia brasileña 57 inmuebles por construir un muelle y un molino en un terreno protegido. Le impusieron una multa medio ambiental, que aún no ha pagado.
«Vengo de abajo, conozco el sufrimiento»
En esta semana en la que lleva encarcelado, Ronaldinho ha recibido la visita del ex jugador del Atlético de Madrid y ex capitán de la selección paraguaya, Carlos Alberto Gamarra. El brasileño se encuentra en una prisión de máxima seguridad con otros 195 presos, la mayoría acusados de narcotráfico y corrupción política.
Según revelaba Gamarra en declaraciones a los medios, el ex jugador de la ‘canarinha’ le transmitió que «vengo de abajo, conozco el sufrimiento, lo único que me preocupa es mi mamá. El resto, para mí. Yo soy un hombre y tengo que aguantar todo lo que venga».