Los asesores fiscales del Colegio Vasco de Economistas han solicitado a la Diputación Foral de Gipuzkoa que, en las medidas adoptadas como consecuencia del Covid-19, tenga con las pequeñas empresas el mismo trato fiscal que con los autónomos.

Según ha explicado el citado Colegio a través de una nota, los asesores fiscales han reclamado, dentro de las medidas adoptadas por las Haciendas forales debido a la crisis del coronavirus, que el colectivo que pudiera acogerse a las ampliaciones de plazos en la presentación de impuestos, inicialmente los autónomos como personas físicas, fuera ampliado a las microempresas y las pequeñas empresas. Según ha recordado, estas suponen casi la mitad de los contribuyentes en el Impuesto sobre Sociedades.

La nota hace referencia además a la decisión adoptada al respecto por la Hacienda de Bizkaia, que ya habría modificado su norma en línea con lo demandado por los asesores fiscales, mientras que mantiene conversaciones con la de Gipuzkoa para que adopte la misma decisión.

Por su parte, la Hacienda alavesa no ha realizado distinción en su normativa sobre quién puede o no acogerse desde el principio, incluyendo a todos los contribuyentes, también las grandes empresas, ha señalado.

Falta de digitalización

Los asesores fiscales vascos han demandado extender el planteamiento realizado a los autónomos a todos los pequeños negocios ya que, a su juicio, las Haciendas forales «partieron de la suposición errónea» de que «las microempresas disponen de una estructura digitalizada».

«El hecho de que se presente telemáticamente una declaración no significa que toda la gestión sea telemática, ya que las microempresas se apoyan en sus asesores fiscales para la presentación telemática», han indicado.

«Muchas facturas se soportan en papel y se archivan en una carpeta que es la que trasladan físicamente a los asesores», han señalado estos profesionales, quienes tienen que abrir sus despachos ahora cerrados para que sus clientes les aporten esas facturas y después «repartirlas en los domicilios de los empleados de las asesorías para que las contabilicen».

Ello, han evidenciado, «no encaja con las medidas de aislamiento que se están imponiendo».