El portavoz del Ministerio iraní de Sanidad, Kianush Jahanpur, ha informado de 136 nuevos fallecidos en las últimas 24 horas, así como de 2.274 infectados más. En total, cerca de 60.500 personas han dado positivo en las pruebas realizadas por Covid-19.
Los nuevos datos confirman la tendencia descendente, con una caída del número de nuevos contagios por séptimo día consecutivo. «Hemos sido testigos en los últimos días de una disminución en el número de nuevos casos de infectados de coronavirus y esperamos mantener este progreso», ha destacado Jahanpur.
Indicó también que, si se mantienen los protocolos de higiene y de distanciamiento social, la República Islámica podrá «entrar gradualmente en la etapa de control de la enfermedad».
Las autoridades estatales han ido incrementando sucesivamente las restricciones, y ahora solo permanecen abiertos los servicios esenciales y están prohibidos los viajes interurbanos. Siguen suspendidas las clases presenciales en todo el ciclo educativo y cualquier tipo de evento, sea cultural, deportivo o religioso.
A partir del sábado
La idea del Gobierno es empezar a relajar algunas de estas medidas a partir del próximo sábado, 11 de abril, cuando se reanudarán las actividades económicas «de bajo riesgo» en todo el país menos en Teherán, donde la medida se implementará una semana más tarde.
El presidente iraní, Hasan Rohaní, confirmó que la reapertura será «gradual». Como ejemplo, explicó que en el sector de oficinas solo acudirán a trabajar dos tercios de los empleados a la vez y que el horario general será de 7.00 a 14.00 horas.
Para evitar que alguien contagiado acuda a su puesto de trabajo incumpliendo la cuarentena, se ha ordenado a los laboratorios que informen del resultado de los test tanto a la familia del enfermo como a su empleador.