La ciudad china de Wuhan, foco de la pandemia de coronavirus, ha revisado el número de muertes provocadas por la enfermedad en la urbe y ha añadido 1.290 más a las 2.579 anunciadas hasta el momento, hasta alcanzar los 3.869 decesos.
Según la agencia Xinhua, el Gobierno municipal de Wuhan ha revisado también al alza el número total de casos de coronavirus, aunque el porcentaje de aumento es menor: 325 casos más hasta los 50.333 frente a los 50.008 de los que había informado la Comisión Nacional de Salud horas antes.
El Centro General para el control y la prevención de la pandemia de la municipalidad de Wuhan ha señalado que «las revisiones se han hecho de acuerdo a las leyes y regulaciones, así como al principio de ser responsable ante la historia, el pueblo y los fallecidos».
«Esto asegura que la información sobre la pandemia de la Covid-19 en la ciudad es abierta y transparente, y que los datos son precisos», ha afirmado, y ha señalado cuatro razones para las "discrepancias" de los datos.
La primera es que un creciente número de pacientes al principio de la epidemia desbordó los recursos médicos y la capacidad de admisión de las instituciones médicas por lo que «algunos pacientes murieron en su casa sin ser tratados en los hospitales».
La segunda argumenta que en el apogeo de la epidemia en Wuhan, los hospitales operaron más allá de sus capacidades y el personal médico «estaba absorto por salvar y tratar a los pacientes», lo que resultó en que se informase de forma «tardía, con omisiones y errónea».
La tercera razón asegura que, debido al rápido crecimiento de los hospitales designados para tratar a los pacientes de Covid-19, «unas pocas instituciones médicas no se vincularon a la red de información epidémica y fallaron en informar de sus datos a tiempo».
Y el cuarto argumento afirma que la información registrada sobre los pacientes fallecidos «fue incompleta y había repeticiones y errores» en los reportes suministrados.
Consecuencias económicas
Wuhan es el epicentro de una epidemia que ha supuesto un alto coste para China, cuyo PIB ha caído un 6,8% en el primer trimestre del año, la primera contracción de la economía del gigante asiático desde 1976.
Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) evidencian que la economía permaneció bajo una fuerte presión en marzo, cuando la pandemia comenzó a remitir en el país. La producción industrial cayó ese mes un 11% y la industria manufacturera lo hizo un 10,2%.
Las ventas al por menor, un dato clave sobre el consumo, descendieron un 15,8%, mientras que la inversión en activos fijos, como infraestructura, vivienda, maquinaria y equipos, cayeron un 16,1% en los tres primeros meses del año.
Así, el PIB chino se situó en 20.650,4 miles de millones de yuanes (2.647 miles de millones de euros) en el primer trimestre de 2020, lo que supone una caída interanual del 6,8%. Estos datos confirman el gran parón sufrido por la economía a causa de la pandemia de coronavirus.
No obstante, los analistas esperan una recuperación en la segunda mitad del año y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó hace dos días que China evitará la recesión y crecerá en el conjunto del año un 1,2%.
El mismo organismo estimaba el pasado enero, antes de que estallase la pandemia, que el crecimiento económico chino sería del 6% frente al 6,1 por ciento registrado en 2019.