El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Hosein Salamí, ha advertido este jueves a Estados Unidos de que sus buques de guerra en el golfo Pérsico serán atacados si amenazan la seguridad de Irán.
«Nosotros también hemos ordenado a nuestras unidades militares marítimas que ataquen a los buques de la Armada del Ejército terrorista de EEUU si amenazan la seguridad de nuestras embarcaciones civiles o militares», ha afirmado.
Así ha respondido Salamí al presidente estadounidense, Donald Trump, quien el miércoles anunciaba una orden a la Armada de su país para «derribar y destruir» buques iraníes si llegan a «hostigar» embarcaciones estadounidenses en el golfo Pérsico.
Las declaraciones de Trump se producen después de que hace una semana el Pentágono denunciara que once embarcaciones de la Guardia Revolucionaria –designada como grupo terrorista por Washington– se aproximaron a buques de guerra estadounidenses y calificara estos movimientos de «peligrosos».
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria ha subrayado asimismo que sus fuerzas están «totalmente determinadas a defender» la seguridad nacional iraní, así como las fronteras marítimas y los intereses marítimos de Irán.
Una «respuesta decisiva»
«Cualquier movimiento –inapropiado por parte de los enemigos– se enfrentará rápidamente con nuestra repuesta decisiva y efectiva», ha explicado, según la agencia Tasnim.
Refiriéndose al incidente de este mes en el golfo Pérsico, Salamí ha denunciado que el comportamiento de los buques estadounidenses fue «poco profesional y peligroso».
En la misma línea, el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, ha criticado vía Twitter que las fuerzas estadounidenses se desplieguen a 7.000 millas de distancia de su país «provocando» a los marineros iraníes en «sus propias costas del golfo Pérsico».
Por otro lado, Salamí ha añadido que las acciones de los EE.UU. en esta vía fluvial sensible se han visto obstaculizadas por la epidemia del nuevo coronavirus.
«Durante el incidente de la semana pasada, se observaron disturbios y desordenes operativos entre las unidades navales estadounidenses», ha opinado.
Según él, esto indicaría que «el comando y el control de sus unidades militares pueden haberse debilitado por la enfermedad por coronavirus».
Convocado el embajador suizo
Asimismo, el Ministerio de Exteriores iraní ha convocado al embajador suizo en Teherán, Markus Leitner, para quejarse por «el acoso de las fuerzas estadounidenses y los actos provocadores en el golfo Pérsico», según reza el comunicado oficial.
En la carta entregada a Suiza, país que representa los intereses de EE.UU. en Irán ante la ausencia de relaciones diplomáticas, también se reitera que el país persa dará «una respuesta adecuada a cualquier amenaza o acto ilegal y agresivo» en la estratégica región.
La tensión entre Teherán y Washington escaló dramáticamente en el golfo Pérsico el año pasado cuando se registraron en esa zona una serie de ataques y sabotajes contra buques militares y comerciales o instalaciones petroleras en Arabia Saudí.
EE.UU. ha acusado de la mayoría de estos incidentes a Irán, que siempre ha negado su implicación en los mismos, excepto en aquellos casos en los que ha reivindicado la autoría de acciones contra objetivos estadounidenses como el derribo de un dron el pasado mes de junio.
Aumenta el precio del Texas
Tangencialmente a la escalada dialéctica enre Irán y EEUU, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) ha abierto este jueves disparado un 21,55%, hasta los 16,75 dólares el barril, tras cerrar la sesión del miércoles con otro repunte del 19,1%. Las tensiones en Oriente Medio espolean los precios y el límite en el almacenaje deja entrever un recorte en la producción que podría dar algo de equilibrio a los mercados.
Generalmente, según apuntan los expertos, las tensiones en esta zona suelen derivar en frenazos en la producción del golfo Pérsico, algo muy deseado en este contexto en el que la capacidad mundial de almacenaje está al límite en un mercado «inundado» por el exceso de oferta y la escasa demanda por los parones económicos y las medidas de confinamiento vigentes en buena parte del mundo.
Los bajos precios del crudo estadounidense y la falta de espacio para almacenarlo invita a los inversores a pensar que pronto se producirán más cierres en pozos estadounidenses, lo que significaría que EE.UU. podría reducir su flujo de petróleo e intensificar los recortes en la producción mundial, que ya ha sufrido un ajuste tras el acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, que acordaron rebajar su bombeo en 9,7 millones de barriles por día (bpd).
En este sentido, otro factor alcista en la apertura ha sido que los entes reguladores de Oklahoma, donde se sitúa el mayor punto de entrega de petróleo de Estados Unidos, han anunciado ayudas a los productores que cierren sus pozos.
La demanda de crudo de las refinerías de EEUU está más de cuatro millones de bpd por debajo que en el mismo período del año pasado, una situación que se ve agravada a medida que se agota la capacidad de almacenaje.
Se calcula que las medidas de confinamiento han reducido la demanda en unos 21 millones de bpd en el segundo trimestre de 2020, según datos de Rystad Energy.