El Ayuntamiento de Lund ha pedido a los más de 90.000 habitantes de la ciudad que renuncien a celebrar hoy la tradicional «noche de Walpurgis», una fiesta pagana, denominada Valgorg, con gran arraigo popular y que simboliza el fin del invierno, en la que la gente canta y organiza fuegos artificales en parques y jardines.
Las autoridades municipales han previsto poner barreras para impedir la entrada al parque principal de la localidad. Pero, como han señalado a AFP, por si esto no fuera suficiente también van a esparcir una tonelada de excrementos de pollo, en formato de barritas de estiércol, por la hierba, para así matar dos pájaros de un tiro: abonar el cesped y mantener a distancia a quienes se vean tentados a romper las restricciones ligadas a la epidemia del coronavirus.
«El estiércol elaborado con excrementos de pollo huele terriblemente mal», explica Gustav Lundblad, jefe del servicio medioambiental de la ciudad. «No es muy agradable sentarse a beber una cerveza con ese olor», añade.
Las celebraciones de Valgorg, que suelen atraer a cerc de 30.000 visitantes, son «espontáneas», lo que hace imposible prohibirlas legalmente.
Lund es una de las más importantes ciudades universitarias de Suecia y la mayor parte de los 120.000 habitantes de su área metropolitana son estudiantes.