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La OMS insiste en la necesidad de reducir la población presa para frenar la pandemia

La Organización Mundial de la Salud ha vuelto a reclamar a los estado medidas para reducir el número de personas presas, ya que el hacinamiento es un obstáculo para frenar la expansión del coronavirus.

Un funcionario camina por la cárcel de Sequedin, cerca de Lille. (Denis CHARLET/AFP)
Un funcionario camina por la cárcel de Sequedin, cerca de Lille. (Denis CHARLET/AFP)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a pedir este miércoles a los gobiernos de todo el mundo que estudien la posibilidad de limitar la privación de libertad, incluida la detención preventiva, como recurso excepcional, ya que el hacinamiento es un «obstáculo insalvable para prevenir y frenar la pandemia de Covid-19».

La petición de la OMS ha sido secundada por otros organismos de Naciones Unidas como la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) o el Programa Conjunto sobre el VIH (ONUSIDA), y ratificada por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

La OMS ha reconocido que la situación de las cárceles en cada país es diferente, pero ha insistido en «la necesidad de minimizar la aparición de la enfermedad en estos entornos» debido a la vulnerabilidad de quienes allí viven, pues «el hacinamiento constituye un obstáculo insalvable para prevenir, prepararse o responder a la Covid-19».

«Instamos a los líderes políticos a que consideren limitar la privación de libertad, incluida la detención preventiva, como una medida de último recurso», ha señalado el texto de la OMS, quien también aboga por alternativas a estas penas de prisión durante el tiempo que dure la crisis sanitaria.

En ese sentido, ha explicado que se debería trabajar en la puesta en libertad de aquellas personas que se encuentran en situación de riesgo, como adultos mayores o aquellas con problemas de salud previos, o el de otros grupos vulnerables, como mujeres o menores.

A su vez, la OMS también ha pedido a las autoridades que para mitigar el riesgo de nuevos brotes actúen y lleven a cabo un aumento de la limpieza y de la higiene en estos lugares, así como el cierre de los centros de detención donde se encuentran personas sospechosas de consumir drogas o ejercer la prostitución, ya que no hay evidencia de que sean efectivos y «plantea problemas de Derechos Humanos».

Derecho a la salud

La OMS también ha recordado en su comunicado que todos los estados, independientemente de hallarse o no en un estado de emergencia, tienen la obligación de garantizar a los presos el acceso a los sistemas de salud y a unas condiciones dignas dentro de las instalaciones penitenciarias.

«Las condiciones de vida y de trabajo decentes, así como el acceso gratuito a los servicios de salud necesarios forman elementos intrínsecos de esta obligación», reza el texto, en el que se advierte de que «La atención médica en las cárceles, incluida la atención preventiva, de apoyo y curativa, debe ser de la mejor calidad posible, al menos equivalente a la que se brinda en la comunidad».

En cuanto a aquellas personas que padecen de otras enfermedades, como VIH, tuberculosis o hepatitis, ha recomendado a los gobiernos que trabajen estrechamente con las autoridades de salud para que puedan continuar con sus tratamientos sin interrupción.

Respeto de los DDHH

La OMS ha insistido en que los gobiernos y los estados deben respetar los Derechos Humanos en su lucha para frenar la pandemia, en especial en este tipo de lugares y entornos cerrados.

«Las restricciones que pueden imponerse deben ser necesarias, basadas en evidencias, proporcionadas y no arbitrarias», ha defendido, así como la necesidad de facilitar medios de comunicación a los presos para comunicarse con el exterior si las visitas, por razones sanitarias, han sido limitadas.

«Instamos a los líderes políticos a que se aseguren de que la preparación y las respuestas contra la Covid-19 en entornos cerrados se identifiquen y apliquen de acuerdo con los Derechos Humanos fundamentales, y nunca equivalgan a tortura y otros actos crueles, inhumanos o degradantes», ha apelado.

«Las cárceles y otros lugares de detención deben ser parte de los planes nacionales contra la Covid-19. Todos los casos de Covid-19 en entornos cerrados deben notificarse a las autoridades responsables de salud pública, quienes luego informarán a las autoridades nacionales e internacionales», ha concluido.