La puesta en marcha de la aplicación ha dividido a la Asamblea. Ha obtenido 338 votos a favor, frente a 215 contrarios. El sistema presidencialista francés hacía innecesario este trámite, pero el Elíseo quería el aval de la Cámara, a sabiendas de que la idea genera una importante controversia social.
El Ejecutivo anunció el desarrollo de esa aplicación el pasado 8 de abril y desde entonces esta ha sido contestada incluso entre la mayoría parlamentaria por las dudas que plantea en cuanto a la protección de los datos personales.
Funcionamiento
La descarga de la app es voluntaria y, cuando alguien se la instala, la aplicación registra de manera anónima a otros usuarios que han estado en contacto con esa persona al menos durante 15 minutos a menos de un metro de distancia.
Si una de esas personas da positivo por coronavirus y se lo comunica a la aplicación, esta informa al resto de que se han cruzado con alguien infectado y las anima a ir al médico para frenar cuanto antes las cadenas de contagio.
La Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), encargada de velar por la protección de datos en el Estado francés, le dio este martes su aprobación alegando que no viola las disposiciones legislativas sobre el respeto de la vida privada.
No obstante, Stop Covid ha sido criticada por organizaciones humanitarias y por la oposición política y calificada de liberticida o de ineficaz en la lucha contra el coronavirus, que en el Hexágono ha provocado más de 28.500 muertes desde el pasado 1 de marzo.
«Liberticida es impedir que alguien se dote de una herramienta que permite protegerse», declaró este miércoles el ministro de Sanidad, Olivier Véran, en su presentación antes del debate en la Asamblea Nacional.
El secretario de Estado de la Economía Digital, Cédric O, añadió que, aunque esa aplicación móvil «no es mágica», responde a «una crisis histórica» y debe formar parte de la estrategia de control de la epidemia.
Según una encuesta difundida este mismo miércoles por los institutos demoscópicos Opinea y Carvea Consulting, la opinión de la ciudadanía francesa al respecto está muy dividida.
Un 45% rechaza ese tipo de soluciones, y las preocupaciones que más suscitan son la pérdida de intimidad, la colecta de sus datos personales y la divulgación de esa información. Asimismo, uno de cada seis dice anteponer su libertad al interés colectivo.