La primera en anunciar su decisión fue Maider Arosteguy. La candidata conservadora fue la más votada el 15 de marzo, al reunir un 31,46% de los sufragios, y ha optado por mantener su lista intacta y concurrir en solitario a la segunda vuelta que tendrá lugar el 28 de junio.
Su decisión, comunicada el fin de semana, aceleró, más si cabe, los movimientos del resto de candidatos cara a fraguar alianzas, dado que este martes a las 18.00 concluye el plazo para inscribir candidaturas cara a la segunda vuelta.
Ya ayer tarde se conocía que el segundo candidato mejor posicionado, Guillaume Barucq (Biarritz Nouvelle Vague), que hizo un 16,22% el 15M, comparecería esta mañana, ante el faro de Biarritz, junto a la lista que encabeza Brice Morin.
Esa alianza no ha gustado a una de las adherentes de Barucq, Emmanuelle Brisson, a la sazón hija del senador conservador Max Brisson que, lógicamente, apoya en esta campaña a la aspirante de su partido, Arosteguy.
La alianza Barucq-Morin no gusta a Emmanuelle Brisson
Hoy, en plena presentación de Barucq y Morin, Emmanuelle Brisson, que ejerce como profesional de la comunicación en París, ha anunciado que se despega finalmente de la candidatura que encabeza el médico-surfista ya que, a su juicio, tras la alianza con los de Brice Morin, «se sitúa abiertamente en la izquierda».
La candidatura con la que se ha fusionado Barucq, Euskal Herrian Vert et Solidaire, cosechó un 12,33% de votos en la primera vuelta.
Aunque por poco, esa lista integrada por abertzales y ecologistas incluso pasó por delante del alcalde saliente, Michel Veunac (12,21%), que esta mañana ha anunciado que se retira de la liza electoral.
Prueba irrefutable de que la crisis vivida en el seno de la mayoría que aupó al dirigente centrista a la Alcaldía en 2014 ha dejado heridas, el primer edil saliente no ha dado consigna de voto en favor de ninguno de sus antiguos colaboradores.
Es el caso de la tercera candidata en liza, Nathalie Motsch (14,23%), concurrirá en solitario a la segunda vuelta, al igual que el abogado Jean-Benoît Saint-Cricq, que pasó justamente la barrera exigida del 10% de los votos.