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Siquiatras alertan de un aumento de las enfermedades mentales y ponen el foco en la prevención

Los siquiatras prevén un aumento de las enfermedades mentales y de las recaídas en personas con problemas asociados a la pandemia ya que durante ésta muchos han perdido el trabajo, otros han sentido la soledad y a otros les ha afectado los cambios de rutina. Es una de las conclusiones del encuentro «Avances en el covid-19 y su impacto en la Salud Mental»

Un grupo de terapia sobre el covid-19 en Madrid. (Pierre-Phillippe MARCOU/AFP)
Un grupo de terapia sobre el covid-19 en Madrid. (Pierre-Phillippe MARCOU/AFP)

El presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y director del Instituto de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el doctor Celso Arango, vaticina un aumento de las enfermedades mentales y de recaídas en las personas que ya los sufrían. Advierte que la pérdida de trabajo, los problemas económicos o la soledad experimentadas durante la pandemia, así como la imposibilidad de realizar el duelo en aquellas personas que perdieron un ser querido durante el confinamiento, podrían incrementar los casos de depresión y ansiedad.

Por ello, pide adelantarse poniendo los recursos necesarios. Varios estudios apuntan a que un 16% de la población en el Estado sufre problemas de ansiedad provocados por el confinamiento.

Las consecuencias del confinamiento y el aislamiento social se van a ver reflejadas en las consultas, en opinión de los siquiatras y es previsible un aumento de la demanda de atención siquiátrica a medio y largo plazo, y que esto, según Arango, tenga un impacto en la provisión de servicios, la docencia e investigación en el campo de la salud mental.

Pedro M. Sánchez Gómez, del hospital psiquiátrico de Araba y profesor de la UPV, quien la pasada semana participó en el seminario internacional «Salud mental en tiempos de pandemia», recuerda los obstáculo a los que se enfrentaron al inicio de la pandemia.

«Prácticamente tuvimos que reinventarnos y generar nuevos protocolos de atención para los pacientes con trastornos de salud mental, como por ejemplo el uso de la telemedicina, programas de prevención de hospitalizaciones, brindar asesoría a los cuidadores y familiares para que funcionaran como coterapeutas, e incluso hacer intervenciones domiciliarias», señala.

Este encuentro virtual reunió a más de mil profesionales en salud mental de Latinoamérica y del Estado español. En él, el siquiatra brasileño Humberto Corrêa subrayó que si bien esta no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a una pandemia y al aislamiento social, sí es la primera de ámbito mundial y por un período mayor a 21 días.

«Por eso mismo, constituye un importante desafío para toda la población: pacientes, profesionales de la salud y la comunidad en su totalidad», señaló Gabriela Kanevsky, gerente médico de Janssen Latinoamérica para el área de Neurociencias.

Corrêa, profesor de Psiquiatría en UFMG (Universidad Federal de Minas Gerais), se planteó si la humanidad está preparada para un impacto que «no tiene precedentes» y produce un «enorme sufrimiento psíquico» a causa del «padecimiento de la enfermedad, la muerte de familiares y amigos, el desempleo, la economía mundial, entre otros» factores.

«Todo esto conlleva a estados de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y el abuso de alcohol u otras sustancias. La tormenta perfecta que los expertos vislumbran será la próxima ola de la pandemia», aseveró el presidente de la Asociación Brasileña de Estudios y Prevención del Suicidio (ABEPS).

Instó a los gobiernos, a los profesionales de la salud mental y la sociedad en general a prepararse para esa «cuarta ola» y definir estrategias que permitan mitigar los efectos de la pandemia, especialmente en los grupos vulnerables.

«Prevenir es preguntar»

El especialista colombiano Rodrigo Córdoba, director del departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario y director del Centro de Investigaciones del Sistema Nervioso del Grupo CISNE, hizo hincapié e su intervención en la importancia de detectar a tiempo la depresión y la ansiedad.

Para la depresión recomendó preguntar al paciente si «en el último mes se ha preocupado por sentirse deprimido o desesperanzado» o «preocupado por tener menos interés o placer en las cosas».

«Prevenir es preguntar. La detección temprana es la mejor alternativa que tenemos. Si respondemos a estas preguntas, sin duda podríamos cambiar de manera significativa el futuro de estas personas y evitar el suicidio», aseveró.