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Irun

Cruz Roja Gipuzkoa ha ofrecido compañía y asistencia a 901 transportistas internacionales

Poder charlar con otra persona mientras se toma una bebida caliente ha sido una «necesidad» para muchos de los transportistas que han cruzado la muga entre Gipuzkoa y Lapurdi. A pesar de estar en primera línea, realizando labores de abastecimiento de alimentos, estaban sufriendo situaciones de aislamiento y soledad, a las que ha hecho frente Cruz Roja Gipuzkoa.

Camiones esperando cruzar la muga, en una imagen de archivo, en la AP-8 a la altura de Oiartzun. (Juan Carlos RUIZ | FOKU)
Camiones esperando cruzar la muga, en una imagen de archivo, en la AP-8 a la altura de Oiartzun. (Juan Carlos RUIZ | FOKU)

En colaboración con la plataforma logística Zaisa, Cruz Roja Gipuzkoa ha prestado asistencia logística y sicosocial a 901 transportistas internacionales en Irun desde el 9 de abril hasta el 31 de mayo con motivo de la crisis sanitaria por el covid-19.

En un comunicado, Cruz Roja Gipuzkoa ha explicado que ha mantenido un puesto cerca de la muga con Lapurdi en el que ha prestado servicios de avituallamiento, además de asistencia sanitaria y sicosocial, a los transportistas en tránsito afectados por el cierre de gasolineras y áreas de descanso en el eje atlántico durante la crisis sanitaria.

Ha indicado que las fases de desescalada van dando paso poco a poco a la normalidad y esto hace que algunos servicios asistenciales se replieguen ante «la falta de necesidad».

La ONG ha comentado que «a pesar de realizar una labor clave para el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad», estos camioneros «estaban sufriendo situaciones de aislamiento y soledad».

«Ante el cierre de un buen número de gasolineras y áreas de descanso en el eje Atlántico, los transportistas pasaban largas horas en sus cabinas sin poder parar a tomar un tentempié o poder charlar con alguien», ha señalado.

Al detectar esta necesidad, Cruz Roja solicitó la colaboración de Zaisa, la plataforma logística transfronteriza, que está ubicada en un enclave «estratégico de primer orden» en el que «confluyen buena parte de los tránsitos del eje atlántico». Zaisa cedió un espacio en el interior de uno de sus aparcamientos.

Así, desde el 9 de abril Cruz Roja instaló allí un espacio multifuncional. «Tomar una bebida caliente, un tentempié y charlar con alguien manteniendo la distancia y las medidas de seguridad pertinentes pudieron mitigar la sensación de aislamiento y soledad que estaba empezando a hacer mella en este colectivo», ha explicado la organización.

Según ha indicado, desde las 18.00 hasta las 20.00, entre cuatro y seis personas voluntarias de Cruz Roja que hablaban diferentes idiomas prestaban este servicio a transportistas procedentes de países europeos y extracomunitarios.