El objetivo del Athletic en este final de Liga es acabar entre los siete primeros. Entrar en Europa, además del prestigio, ayudaría a paliar la crisis económica generada por el coronavirus. Así lo ha reconocido el presidente Aitor Elizegi, que sin explicar las cifras concretas, calculó unos 30-40 millones de pérdidas por la bajada de ingresos en derechos de televisión y patrocinios.
El Athletic ya contemplaba echar mano de una provisión de 20 millones para cuadrar las cuentas del presente curso. El principal gasto de un presupuesto que asciende a 132 millones es el personal deportivo. Supone unos 84 millones y a mediados de abril el club acordó una rebaja salarial del 6% con la plantilla del primer equipo. Un ahorro de unos 5 millones que sirvió para no tener que tomar medidas más drásticas. Asimismo, de esa manera podrá hacer frente a la devolución de parte de las cuotas de los socios por los partidos a puerta cerrada.
La directiva de Elizegi dispone también de un fondo de provisiones de 116 millones heredado de la anterior Junta de Urrutia por las cláusulas recibidas tras la marcha de jugadores y la continua participación en competiciones europeas durante su mandato.
Remontar y dosificar
La final de Copa quedó aplazada hasta poder jugar con público, a pesar de que la UEFA decidió dejar la competición sin plaza europea si no se disputaba. La única vía para jugar en Europa es la Liga y todos los jugadores y hasta el entrenador Gaizka Garitano, poco amigo de marcar objetivos a medio plazo más allá del manido partido a partido, se muestran concienciados.
El Athletic se encuentra en mitad de la tabla, a cinco puntos de un Valencia que ocupa el séptimo puesto. El conjunto rojiblanco jugará seis de los once partidos que restan en San Mamés. Sin el apoyo de los aficionados parece que el factor campo pierde peso como se ha podido comprobar en la Bundesliga. El equipo deberá mentalizarse en este aspecto.
Tampoco podrá contar con Aritz Aduriz, emblema del club en los últimos años, que tuvo que tomar la decisión de retirarse hace unas semanas por la lesión que arrastraba en la cadera sin ni siquiera poder finalizar la campaña. El carácter y su competitividad se echarán de menos en el campo, aunque seguirá con el equipo en Lezama.
En la aportación goleadora, Williams y Raúl García le han tomado el relevo sin llegar a sus números. El Athletic de Garitano se caracteriza por el buen trabajo defensivo, pero le cuesta más acertar ante la portería contraria. Mejorar en ese factor junto al manejo de la plantilla será clave. La exigencia física que conlleva el juego del equipo obligará a repartir los esfuerzos para alcanzar el ‘tren’ europeo.