El documento ahora desclasificado parcialmente por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA), que señala directamente al entonces presidente español por la creación de los GAL, está fechado en enero de 1984. Es decir, apenas tres meses después de las primeras acciones de este grupo. Y su contenido es muy preciso sobre la fecha en que se produjo la decisión de Felipe González, al enmarcarlo en torno al intento de secuestro policial del refugiado Joxe Mari Larretxea y la captura por ETA y posterior muerte del capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios.
Ambos hechos ocurrieron en la misma semana en que desaparecieron en Baiona Joxean Lasa y Joxi Zabala, en la primera acción de los GAL. En aquel mes de enero de 1984 el paradero de los dos tolosarras era una incógnita absoluta y era difícil darle esa caracterización, más allá de la evidencia de que se trataba de una acción de guerra sucia.
El documento de la CIA no alude a este hecho, al menos en las partes desclasificadas, pero sí pone el acento en el intento de captura de Larretxea, que fue frustrado por la Policía francesa al detener a los cuatro agentes españoles –ligados a los GEO– que intervinieron en la acción.
Tras atropellar con su coche a la moto en que circulaba el refugiado vasco, los policías españoles le golpearon hasta que fueron sorprendidos por la Gendarmería. El ministro del Interior, José Barrionuevo, y el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos, dijeron que se había tratado de un simple accidente de tráfico. La CIA tenía claro que no era así, según refleja su informe.
Los agentes quedaron libres tras las gestiones españolas y no serían juzgados hasta 1990 en el Tribunal de Baiona, en rebeldía dado que no acudieron a la vista oral. Ya en 2014 se conoció que uno de ellos, Jesús Alfredo Gutiérrez Argüelles, estaba dirigiendo el 091 de Barcelona tras haber dejado la Policía voluntariamente. En cuanto a Larretxea, fallecería en Cuba en 1996.
El intento de secuestro obedecía seguramente a un intento de obtener información sobre el secuestro por parte de ETA p-m. del capitán de Farmacia Martín Barrios. La organización vasca lo mataría el 18 de octubre cerca de Galdakao.
«Guerra sucia»
Es en ese contexto temporal en el que el informe de la CIA establece que el Gobierno español «parece determinado a adoptar una estrategia poco ortodoxa en relación con ETA». «González ha acordado la formación de un grupo de mercenarios, controlado por el Ejército, para combatir fuera de la ley a los terroristas», dice en uno de los extractos revelados.
Después de otra frase censurada, añade que «los mercenarios no serían necesariamente españoles y tendrían como misión asesinar a los líderes de ETA en España y Francia».
El informe desclasificado tiene 31 páginas y en él se analiza la situación en Euskal Herria junto a la de otras partes del planeta. Hay dos elementos gráficos referentes al caso vasco: un mapa del conjunto del país y la imagen de una manifestación contra la guerra sucia en Bilbo.
«Guerra sucia» («dirty war») es también el término que el servicio de inteligencia estadounidense otorga a la estrategia aprobada desde la cúpula del Gobierno español.