El socavón ocasionado por las obras del metro en la calle Zubieta de la capital guipuzcoana ha sido el detonante que, en palabras del movimiento vecinal Satorralaia, deja en evidencia la «absoluta temeridad» con la que se están llevando a cabo las obras. Unas obras que, además, consideran innecesarias, ya que en términos de movilidad existen «propuestas mucho más razonables» de mejora del transporte público en la ciudad, como una coordinación más efectiva entre Eusko Tren y Dbus. «Es un proyecto pensado para los turistas y los visitantes, no para los habitantes de esta ciudad», opinan.
Ante esta realidad, Satorralaia había llamado a participar este sábado en una jornada de protestas que se ha alargado durante toda la mañana. Ya a las 11.30, Mikel Álvarez, portavoz de la organización vecinal, tomaba la palabra ante la prensa para denunciar las afecciones que están provocando las obras del metro en el Centro y Amara.
«El siniestro de la calle Zubieta estaba anunciado», ha asegurado, y ha recordado que ya en 2019 Donostia Defendatuz advertía sobre los riesgos que conllevaría la construcción de la infraestructura para los edificios de los citados barrios, construidos sobre arenales: «Se advertía de que se podía producir una desestabilización de la capa arenosa del subsuelo como consecuencia de las filtraciones de aguas y que esa desestabilización podría producir importantes afecciones a la estructura de los edificios. Y es eso lo que ha sucedido», ha lamentado Álvarez.
A este respecto, ha denunciado que el Gobierno de Gasteiz no ha realizado ningún estudio sobre las posibles afecciones que podrían tener las obras, «al no considerarla necesaria», según se recoge en una respuesta remitida desde Lakua a una petición de información vecinal. Álvarez ha recalcado que «por suerte, no se ha producido una catástrofe», pero ha recordado que durante los últimos meses se han multiplicado las denuncias vecinales por la aparición de grietas, fisuras y otros desperfectos, y que las obras de la Concha se encuentran en este momento paralizadas para analizar el terreno.
Así, Satorralaia ha exigido una vez más la paralización total de un proyecto que «va contra toda lógica y sentido común» y que supone «un derroche económico absolutamente innecesario», al haber propuestas de movilidad «mucho más razonables».
Tras las palabras de Álvarez, los manifestantes han bajado a la playa de la Concha donde, ataviados con llamativos paraguas amarillos con el lema ‘Metroa Stop’, han desplegado pancartas que solicitaban la paralización de las obras.
Inseguridad laboral
Sobre las 12.30 se esperaba que tomara la palabra Víctor Riffo, trabajador de las obras, que finalmente no ha podido acudir por el ingreso en el hospital de un allegado. En una breve intervención, Álvarez ha detallado que, además de Riffo, otros dos trabajadores han solicitado la baja por inseguridad en sus puestos de trabajo y que ELA también ha solicitado la paralización de las obras por este motivo. «Uno tuvo una electrocución a raíz de un cable que está tirado por el túnel y atraviesa todos los charcos. Tardaron media hora en sacarlo de allí», ha denunciado.
La protesta ha finalizado con una intervención artística del actor Ramon Agirre –quien, disfrazado como jefe de obra ha resaltado, irónicamente, las «virtudes» que traerá el metro a Donostia– y una concentración en contra de una infraestructura que consideran «absolutamente innecesaria».