El Eibar toma aire y distancia. Hacía cuatro meses, seis jornadas, que había celebrado su última victoria, curiosamente ante otro equipo valenciano, el Levante. Hoy ha puesto fin a la larga espera contra el Valencia, conquistando el primero de los cuatro triunfos que necesitaría para salvar la categoría. Falta tiempo para cuadrar esas cuentas pero el efecto de esta primera victoria es inmediato porque cierra la 31ª jornada con seis puntos de ventaja sobre el descenso.
El triunfo da distancia, aire y esperanza a los eibarreses. Y premia la buena imagen que están ofreciendo desde que retomaron la competición hace un par de semanas. En menor medida ante el Real Madrid, en mayor ante Athletic y Getafe, el Eibar ha dado argumentos para pensar que la permanencia es un objetivo factible. Más incluso de los que había ofrecido en los dos primeros tercios de la temporada, en los que por cada palada de cal caían cuatro de arena. Pero con la clasificación y la ansiedad amenazando, el equipo necesitaba una victoria que por fin ha llegado.
Curiosamente se ha cimentado en el primer tramo del partido, el que se le había atragantado al equipo en el reinicio de la Liga. Tras encajar pronto contra Real Madrid y Athletic, el Eibar ya había entrado mejor frente al Getafe, aunque también entonces acabó viéndose por detrás en el marcador. Esta noche ha dado un paso más y ha empezado el encuentro como le gusta y tan pocas veces ha conseguido este curso: encerrando al rival en su área. Guiado por un Orellana espectacular –una de las seis novedades en el once local–, el Eibar se ha volcado desde el pitido inicial. Y la recompensa, por una vez, también ha sido inmediata. Aunque la ha firmado un rival, Kondogbia, que introducía en su propia meta un saque de esquina botado por Pedro León.
Ha reaccionado el Valencia, que se jugaba su último cartucho de Champions, y ha apretado durante un buen rato, aunque el Eibar ha vuelto a recuperarse y el primer tiempo ha acabado, así, abierto y entretenido.
La segunda parte ha sido menos vistosa. La iniciativa ha sido mayoritariamente para los locales y también las mejores ocasiones –Cillesen ha salvado dos goles cantados– pero la tensión ha sido máxima hasta el final. Por lo ajustado del marcador, por la situación de necesidad y por la amenaza de un Valencia que, si bien apenas ha protagonizado acciones de peligro hasta la recta final, ha acabado volcado en la portería de Dmitrovic y prácticamente con todos sus delanteros sobre el césped.
Aunque con alguna factura –Enrich, al que había reservado Mendilibar hasta los últimos minutos, ha visto una amarilla que acarrea sanción–, el Eibar ha aguantado. Y el sufrimiento le ha merecido la pena, aunque no tendrá tiempo para celebrarlo y a duras penas para mirar la clasificación, más esperanzadora ahora. Y es que el domingo le espera un Granada que llegará al partido con tres días de descanso más que los azulgranas.
«Un paso muy importante»
Tras el partido, Andoni Azkargorta se felicitaba por haber conseguido «tres puntos muy importantes, que nos dan un empujón. No es malo empatar pero punto a punto no llegas porque siemre hay algún equipo que gana dos partidos seguidos y da un arreón. Con estos tres puntos damos un paso muy importante».
En lo que respecta al encuentro, el técnico de Antzuola destacaba que «hemos hecho un inicio muy bueno. Hasta el gol. Con el gol nos ha entrado como miedo, hemos dado un pasito atrás y el Valencia nos ha creado bastantes problemas. Pero después del descanso hemos vuelto a dar un paso adelante, hemos ajustado la presión y durante casi toda la segunda parte hemos tenido bastante controlado al Valencia».