El Eibar regresa a Ipurua en su mejor momento de la temporada. De juego y de resultados. Ocho puntos, con dos victorias consecutivas, en los últimos cuatro partidos suponen su mejor racha del curso y, sobre todo, le han dejado a tiro la permanencia, que hace apenas cuatro semanas se veía ciertamente complicada.
Una tercera victoria consecutiva dejaría el objetivo prácticamente, aunque no matemáticamente, conseguido. Y los azulgranas quieren celebrarla en el último derbi de la temporada. El tercero que Ipurua acogerá a puerta cerrada, tras los choques ante la Real y el Athletic. El primero, el último partido de Liga que se jugó antes del confinamiento, resultó un fiasco. Contra el Athletic, juego y resultado -un empate que pudo ser victoria– fueron mejores. Y ahora los armeros esperan dar un pasito más y sumar los tres puntos para seguir con esa evolución que se ha visto sobre el césped pero ha empezado en la cabeza.
«Contra la Real no nos salió nada bien –reconoce José Luis Mendilibar–, nos costó mucho hacernos a todo, al campo sin público… Parecía más un entrenamiento que otra cosa y perdimos con claridad. Pero la vuelta del parón ha sido diferente. Hemos salido bien, hemos tenido más concentración, más capacidad para competir… Nos hemos acostumbrado. No es lo mismo, porque quieres a tu gente contigo en casa, es importante que estén animándote, pero creo que ya nos hemos acostumbrado». De hecho, «somos uno de los mejores equipos en la reanudación del campeonato y eso hace ver que el equipo está centrado».
Todo el equipo. El técnico destaca que «tenemos la fuerza en el grupo. Empezamos con muchas dudas después del parón y la fuerza está en el grupo. Cambiamos muchos jugadores de partido a partido y el equipo no lo nota». Por eso confía en que las ausencias de Gonzalo Escalante y Fabián Orellana, ya fuera del Eibar, «no nos afecten demasiado. Es verdad que han jugado muchos partidos y nos han dado mucho pero también hemos sacado adelante partidos sin ellos».
Esa es, precisamente, una de las similitudes que encuentra Mendilibar entre Eibar y Osasuna, dos equipos que «se parecen», aunque la temporada de los rojillos está siendo claramente mejor. «Ellos creen en su fútbol y nosotros tenemos que creer en el nuestro. Creo que es un equipo parecido al nuestro. Normalmente juegan 4-4-2, van adelante, es un equipo valiente, con ritmo, cuando pasan del centro del campo llega un montón de gente al área… Asumen riesgos pero normalmente salen bien».
Como en el Eibar, no hay tantos jugadores destacados individualmente como un equipo con «ambición, con ganas, con ganas de ganar. Creo que es lo mejor que tienen». Y lo están sabiendo explotar. «Se ve que están a gusto, cambian bastante gente y tampoco lo notan… No es fácil que un equipo recién ascendido juegue con esa confianza. Y yo sobre todo hago hincapié en eso, en la confianza con la que juegan, lo que pueden hacer, que saben que pueden competir contra cualquiera. Han sido muy regulares, han hecho una temporada muy buena y querrán quedar más arriba y acabar muy bien».
Pero también quiere hacerlo el Eibar, que con tres puntos más se vería salvado. «Matemáticamente no pero… Nueve puntos al descenso quedando cinco partidos sería mucho, obligas a los de abajo a ganar casi todo. Y si no has ganado en la temporada dos seguidos, ahora es difícil hacerlo ahora. Pero mientras puedan lo intentarán ya vimos al Mallorca ayer, eso es señal de que todavía tienen ilusión y ganas».
El Eibar afrontará el partido con las ausencias de los lesionados, Arbilla y Ramis, además de Escalante y Orellana. A cambio, el técnico recupera a Enrich, que no viajó a Granada por sanción. Eso le posibilitará dar descanso a Kike García, tras las dos palizas consecutivas que se ha pegado. La duda es saber quién le acompañará en punta. Charles, que se tomó un respiro en los Nuevos Cármenes, o Quique González, el único futbolista de campo junto a Tejero que no ha tenido oportunidades en este regreso a la competición –tres minutos el delantero, ninguno todavía el lateral–.
Respecto a su situación, Mendilibar ha descartado que se trate de algún problema físico. «Es más una cuestión técnica, una cuestión mía, no que hayan vuelto peor que el resto. Tengo que elegir y trato de elegir a los que creo que están mejor y por ahora no han entrado. Quedan seis partidos todavía y espero que sigan entrenando con ganas, entrenando bien, para que en un momento determinado, si tienen que jugar, que lo hagan bien porque al final será en beneficio de ellos y en beneficio del equipo».