El presidente francés, Emmanuel Macron, ha anunciado este martes que la mascarilla será obligatoria en todo lugar cerrado en el territorio desde el 1 de agosto, al tiempo que seguirá siendo recomendable en el exterior, como medida para luchar contra la covid-19.
«Estamos viendo que hay relajación en algunos gestos y en las próximas semanas vamos a hacer las mascarillas obligatorias en todos los lugares públicos cerrados», ha indicado Macron durante una entrevista televisiva con motivo de la fiesta nacional francesa.
El presidente francés admite «signos que muestran» que la pandemia «sube un poco», por lo que alertóade la posibilidad de una segunda oleada.
En caso de que se produzca, señaló Macron, el Estado francés «estará preparado» para afrontarla, porque se ha dotado de equipamientos necesarios y una organización sobre el terreno.
El presidente asegura que dará la posibilidad a todos los ciudadanos de hacerse un test, incluso a aquellos que no tengan síntomas y sin necesidad de una prescripción médica.
Con la multiplicación de esos test, París espera poder aislar a los positivos y no tener que recurrir a un nuevo confinamiento generalizado de la población.
«Aislaremos lo más localmente posible» en caso de segunda oleada, señala el presidente, que considera que la responsabilidad está en que los ciudadanos sean capaces de respetar las medidas de seguridad para evitar el contagio.
Macron entiende que el confinamiento ha sido «un revelador de desigualdades» y señala que su Gobierno «está haciendo todo lo posible para evitar una segunda oleada y, si se produce, para afrontarla de forma diferente».
«Para ello hay que hacer muchos test», ha insistido.