Mikel Insausti

‘Interstellar’: El efecto Nolan en la dilatación temporal

El piloto Cooper y su hija Murph. (NAIZ)
El piloto Cooper y su hija Murph. (NAIZ)

INTERSTELLAR
EEUU-GB. 2014. 169’. Dir.: Christopher Nolan. Guion: Christopher Nolan y Jonathan Nolan. Prod.: Christopher Nolan y Lynda Obst/ Paramount/ Warner/ Legendary Pictures. Int.: Matthew McCounaughey, Mackenzie Foy, Jessica Chastain, Ellen Burstyn, Anne Hathaway, Michael Caine, John Lithgow, Matt Damon, Topher Grace. Fot.: Hoyte Van Hoytema. Mús.: Hans Zimmer. Mont.: Lee Smith. Dir. Art.: Francis K. Soeder. Vest.: Anette Guther.

Desde que Christopher Nolan se diera a conocer con ‘Memento’ (2000) su mayor preocupación ha sido la relación espaciotemporal, por lo que tarde o temprano iba a acabar trasladando dicha inquietud a la ciencia-ficción con ayuda de la física cuántica.

El asesor en la materia para ‘Interstellar’ (2014) ha sido el físico teórico Kip Thorne, quien trabajó mano a mano con el departamento de efectos especiales para intentar plasmar los agujeros de gusano y los agujeros negros de acuerdo con la información de la que hoy en día se dispone. No es de extrañar, por lo tanto, que la película ganara un Óscar y un Bafta a los F/X diseñados por la compañía Double Negative, algo por otra parte lógico considerando que esta mastodóntica producción entre los estudios Paramount, Warner y Legendary Pictures costó 165 millones de dólares, una minucia comparados con los casi 700 que llegó a recaudar en la taquilla mundial.


La industria del entretenimiento espera que el efecto Nolan venga a salvar ahora la maltrecha cartelera veraniega con el estreno de su última creación ‘Tenet’ (2020) y, para ir preparando su triunfal lanzamiento se están reponiendo algunos de los éxitos recientes del cineasta británico, e ‘Interstellar’ (2014) no podía ser una excepción.


Para expresar la dilatación temporal en los viajes espaciales, Nolan describió la odisea del piloto Cooper, encarnado por Matthew McConaughey, mostrando como éste no envejece en su odisea galáctica, mientras que su hija Murph se hace anciana en la tierra de tanto esperar su regreso, motivo por el que recurrió a tres actrices diferentes para representar sus distintas edades: de joven, con Mackenzie Foy; de adulta, con Jessica Chastain; y de mayor, con Ellen Burstyn. La realidad tridimensional lograda por una humanidad futura mediante el manejo del tiempo se traduce en el «teseracto».