El Gobierno de Lakua está analizando la posibilidad de restablecer el estado de emergencia sanitaria, que ya fue decretado en marzo –horas antes del estado de alarma establecido por el Ejecutivo español–, si la situación epidemiológica sigue evolucionando a peor y al ritmo actual.
El anuncio, transmitido por la consejera de Salud, coincidió precisamente con la difusión de los peores datos de la pandemia en esta segunda oleada, con 569 nuevos positivos en la CAV –651 en Hego Euskal Herria– y Bizkaia en una situación cada vez más preocupante, con 402 casos. En ese herrialde varias localidades han visto dispararse sus cifras, como Barakaldo (47), Portugalete (36) y Sestao (28), y Bilbo sumó ayer tantos afectados (156) como Araba (75) y Gipuzkoa (72) conjuntamente.
Reunión Murga-Rementeria
«Si la gravedad lleva el ritmo que mantiene ahora, sería el momento de declararla (la emergencia sanitaria). Es el momento de valorar si la situación lo justifica», indicó Nekane Murga en rueda de prensa.
La consejera admitió que el virus «sigue ganado terreno» y señaló que la comisión de seguimiento del covid-19, reunida ayer bajo la dirección del lehendakari, había constatado la «severidad» de la situación, especialmente en Bizkaia. Por ello, anunció una reunión por la tarde con el diputado general de ese herrialde, Unai Rementeria, para analizar la posibilidad de acordar nuevas acciones para frenar el avance del coronavirus.
Sin embargo, apenas trascendió nada de esa reunión, más allá de que Rementeria y Murga habrían coincidido en reforzar la colaboración entre las dos instituciones. «Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos, sumando fuerzas, pero también es absolutamente imprescindible que todas y todos seamos responsables. Esto es cosa de todos, y o ponemos todos de nuestra parte o va a ser muy complicado», se limitó a señalar el diputado general, aunque algunos medios indicaron que se habría estudiado adoptar medidas en el ocio y en residencias.
Llama la atención, en todo caso, el bajísimo perfil adoptado por el diputado general, cuando Bizkaia vive la situación más complicada en el conjunto del país. Lo cierto es que las apariciones de Rementeria en casi seis meses de crisis se pueden contar con los dedos de la mano.
Toque de queda-confinamiento
Murga, por su parte, insistió por la mañana en que «el virus avanza y retrocede lo conquistado con un gran esfuerzo realizado en común», y apuntó que «superar lo peor de la pandemia fue mérito del conjunto de la sociedad y este retroceso también debe vencerse conjuntamente».
En este sentido, preguntada por la posibilidad de implantar un toque de queda, opción que puso sobre la mesa el lehendakari, declaró que «el ocio que puede haber a partir de cierta hora por las personas que están en la calle habitualmente no va a mantener mascarilla y distanciamiento social». «Cerrar locales pero que las personas se agrupen nos parece que no va a tener el efecto adecuado y suficiente para parar la curva de la epidemia», añadió, de modo que, consideró, el toque de queda «es algo que se debe valorar».
También dijo que «no hay ninguna acción mágica» que pueda eliminar los contagios, salvo «un confinamiento», pero subrayó que, a su juicio, «no es el momento para hacerlo ni la situación», que ve «totalmente diferente» a la sufrida en marzo.
En relación al estado de la Atención Primaria, en situación crítica según han denunciado públicamente tanto profesionales sanitarios como usuarios, la consejera dijo que en la red de rastreo «se ha contratado a cientos de personas para apoyar», y sostuvo que, si hubiera profesionales de medicina familiar y comunitaria y enfermería «para contratar, les contrataremos ahora, en otoño, en invierno».
En todo caso, la responsable del Departamento de Salud volvió a depositar la responsabilidad sobre la ciudadanía, y afirmó que «las estrategias de vigilancia y los planes de respuesta sanitaria no servirán de nada si la ciudadanía relaja su grado de concienciación».
Las noticias procedentes de Nafarroa tampoco fueron buenas, no tanto por el número de casos, 82, sesenta menos que la víspera, sino porque se informó de un nuevo fallecido por covid-19, el segundo en esta semana.
Además, la consejera de Salud, Santos Induráin, explicó que se ha llevado a cabo un cribado en un centro residencial sociosanitario de Iruñea donde se había detectado un caso. Así, se han efectuado pruebas a 222 residentes y a 160 trabajadores, que han dado como resultado siete positivos: tres residentes y cuatro trabajadores del centro.
Osasunbidea no registró cambios en la situación de los hospitales, con 50 pacientes atendidos, siete en la UCI, al contrario que en los centros de la CAV, con 26 nuevos ingresos en 24 horas.
Medio centenar de casos en dos residencias de Zamudio y Bilbo
Un total de 26 residentes y varios profesionales han dado positivo por covid-19 en la residencia de Truiuondo, en Zamudio, al igual que otros 17 residentes y cinco trabajadores de un centro de mayores de Bilbo, Zorrozgoiti. La Diputación hizo públicos ayer estos datos, aunque no precisó el número de trabajadores infectados en Truiuondo. Además, informó de que en otro centro de la capital vizcaina, Bilbozar, se han detectado positivos entre profesionales que han llevado a hacer test generalizados de PCR, cuyo resultado ha sido negativo en todos los usuarios.
Todos los residentes infectados se encuentran aislados en sus habitaciones y se han suspendido todas las actividades presenciales en los centros afectados. «Las residencias son parte de la sociedad y el repunte de casos que se está dando en la sociedad también está llegando a ellas», dijo el diputado general, Unai Rementeria.
Por otra parte, la unidad especializada de carácter sociosanitario de Birjinetxe para atender casos de covid-19 acogía el miércoles a 29 personas: 15 usuarias de la red de centros residenciales, y 14 personas en situación de fragilidad están realizando la cuarentena tras su ingreso hospitalario.
En este contexto, EH Bildu pidió ayer la convocatoria urgente de la Comisión de Acción Social para que la Diputación informe a los grupos junteros de la situación en las residencias, y en Birjinetxe, que calificó de «grave» y «preocupante», y que requiere medidas «cuanto antes».I.B.