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Landarte invita a reflexionar sobre la vida rural a través de la cultura

Siete localidades navarras se convertirán en un laboratorio de creación con la cuarta edición de Landarte, unas jornadas que, bajo el título de ‘Cultura contemporánea y ruralidad’, se prolongarán hasta octubre de 2020. Varios artistas y creadoras desarrollan procesos culturales en colaboración con los habitantes de estas zonas rurales.

El equipo de artistas participantes y representaciones institucionales, en la presentación de la cuarta edición de este programa. (NAIZ)
El equipo de artistas participantes y representaciones institucionales, en la presentación de la cuarta edición de este programa. (NAIZ)

En su cuarta edición, este programa se desarrolla en las localidades de Arano, Beire, Lizoianibar-Arriasgoiti, Mendaza, Zare, Tulebras-Barillas y Bidangoz. Hay un equipo mediador encargado de coordinar a todos los participantes (localidades, artistas e instituciones), dinamizar la población local, acompañarla en la vinculación con la comunidad y su entorno, e identificar y asesorar a las y los artistas en proyectos coherentes.

En concreto, la creadora Maite Redondo trabaja en el municipio de Beire; Txo!? y Sancho Rodríguez, en Zare; Nader Koochaki, en Arano; Nerea de Diego y el colectivo La Comunidad, en Mendaza; Iñigo Cabezafuego, en Lizoianibar-Arriasgoiti; Txaro Fontalba, en Bidangoz; y el colectivo Cabeza de Artista (Patxi Aldunate y Alfredo Murillo), en Tulebras-Barillas.

El director General de Cultura–Institución Príncipe de Viana, Ignacio Apezteguía; el director del Servicio de Acción Cultural, Lorenzo García; y los miembros del equipo coordinador del proyecto Anne Ibáñez y Marc Badal (del colectivo Kanpoko Bulegoa) han presentado este juves Landarte 2020 acompañados por parte del equipo técnico del programa y los artistas participantes. Además, los municipios seleccionados han estado representados a través de unos vídeos grabados por autoridades locales.

Aprender y crecer juntos

El Servicio de Acción Cultural de la Dirección General de Cultura impulsa Landarte con un triple objetivo. Por un lado, promover el empoderamiento de las comunidades rurales a través de la cultura contemporánea, comprometida y entrelazada con su tiempo, cercana a Nafarroa y a sus gentes. Por otro, fomentar la profesionalización del sector artístico y de los agentes culturales del herrialde.

Y para finalizar, ofrecer la oportunidad compartida de aprendizaje y enriquecimiento tanto para el medio rural como para el sector profesional del arte y la cultura.

Con este programa, el más joven promovido por este departamento, afirman que lo que se pretende es rebasar las experiencias de difusión cultural y generalizar las prácticas de mediación transformadoras que permitan la participación plena de la ciudadanía en la vida cultural, contribuyendo así a la democracia cultural.

Los principales retos a los que se enfrenta Landarte 2020 están motivados por la crisis del Covid–19. Por un lado, la pandemia ha supuesto un grave impacto en la salud de la ciudadanía, las relaciones sociales y las actividades económicas en el medio rural. Y por otro, la comunidad de creadoras y creadores se debe replantear sus formas de trabajo para subsistir como profesión y como voz en la generación de un pensamiento crítico frente al nuevo panorama social y cultural.

Otro mundo rural

En estas circunstancias, el equipo de Landarte afirma que confía «en la capacidad innata de la creación y el arte para reinventarse y proyectarse hacia el futuro». Y también en que esta crisis suponga una oportunidad para que las comunidades rurales de Nafarroa se planteen cuestiones fundamentales acerca del modelo de mundo rural deseado y las prácticas (sociales, culturales y económicas) para conseguirlo.

Para Landarte, resulta fundamental la participación de la población local en los proyectos junto a los creadores profesionales para así, de manera colectiva y horizontal, generar contenidos y discurso. Se pretende que las miradas de la comunidad sobre la creación contemporánea y del artista sobre la realidad de la comunidad rural sean mutuamente estimulantes y enriquecedoras.

Para conseguirlo, las y los creadores trabajarán en las poblaciones seleccionadas, interactuando con ellas, mapeando sus gentes y sus discursos para encontrar las claves de un proyecto cultural con sentido e identidad para cada localidad.

Y en este contexto, las creadoras y creadores del proyecto se postulan como agentes de toma de conciencia, replanteamiento de la autopercepción de las comunidades y cadenas de transmisión en la inserción de la cultura rural en el centro de la cultura contemporánea.