Iker BIZKARGUENAGA
BILBO

Agosto dobla los casos detectados en marzo con un 10% de hospitalizados

En agosto se han detectado 18.076 casos de covid-19 en Hego Euskal Herria, más del doble que en marzo, pero el número de personas hospitalizadas es diez veces menor que entonces, igual que el de fallecidas. Estos datos reflejan distintas formas de afrontar la crisis y confirman que los números oficiales de primavera no se acercaban a la realidad.

Agosto ha dejado en Hego Euskal Herria más del doble de casos de covid-19 detectados que el pasado mes de marzo, cuando la enfermedad causada por el nuevo coronavirus irrumpió en nuestras vidas; sin embargo, el número de personas hospitalizadas por esta causa es diez veces menor. Aunque parezca una paradoja, en conjunto ambos datos reflejan la diferente forma en la que las instituciones han hecho frente al virus en esa primera y en esta segunda oleada.

Afortunadamente, y es algo que salta a la vista, el coronavirus no está ahora el doble de extendido que en marzo, que concluyó con cuarenta fallecidos en solo 24 horas y tenía los centros hospitalarios al límite. Nada que ver con la situación actual. Los 18.076 casos reportados el mes pasado, frente a los 8.640 de entonces, lo que muestran es una capacidad de detección mucho mayor que en aquel mes, cuando a la mayoría de los afectados ni siquiera se les hizo test.

Ahora, pese a las limitaciones existentes, por ejemplo en el número de personas dedicadas al rastreo, hay una estrategia de búsqueda de contactos de cada positivo que está permitiendo localizar a contagiados asintomáticos o con síntomas leves. Esto no ha impedido la subida en la cifra de afectados, con dientes de sierra, pero de forma evidente todo el verano, aunque ha logrado ralentizar la expansión de un virus que ya sabemos cómo actúa cuando tiene vía libre.

Recursos y protocolo

Que las cifras oficiales de infectados en primavera no eran realistas queda constatado por un dato tan gráfico como perturbador: si los casos detectados a 31 de marzo eran 8.640, el número de personas hospitalizadas era ese mismo día de 3.046, es decir, un 35% del total. Además, en esa jornada la cifra de fallecidos llegó a 440, un 5%. Por tanto, un 40% de todos los casos que se habían detectado estaban hospitalizados o habían fallecido. Puede decirse que apenas se detectaban infectados que no tuvieran síntomas visibles de la enfermedad, con cierta gravedad en cuatro de cada diez.

Por contra, el último día de agosto permanecían hospitalizadas en Hego Euskal Herria 331 personas más que a principios de mes, lo que supone un 1,8% del total de casos detectados en este periodo. Lógicamente, ha habido más gente que ha ingresado en los hospitales en estas semanas –también ha habido altas–, pero el porcentaje sobre el total de casos no se acerca a lo que se vivió en la primera ola.

Lo mismo ocurre con los ingresados en las UCI, que han pasado de tres a 43 en solo un mes, pero suponen solo un 14% de los 303 que había a finales marzo.

Es más complicado hacer las comparaciones sobre la cifra de víctimas mortales, sobre todo porque Lakua no da datos diarios sino semanales, y los últimos tienen fecha de 24 de agosto. Además, diferencia entre las personas que considera fallecidas a causa del coronavirus y las que han muerto con test positivo en los dos últimos meses, pero quizá por otras causas. En todo caso, el número oscila entre 34 y 47, en este caso también muy por debajo de los 440 con el que se saldó el mes de marzo.

A primera vista hay dos razones para explicar la subestimación de los casos de covid-19 en primavera. Por un lado, la falta de medios, con una capacidad de hacer test PCR mucho más limitada que la que hay ahora.

Así, en la última semana de marzo se estuvieron haciendo unas 1.500 pruebas diarias, seis veces menos de las que se hicieron, por ejemplo, el pasado viernes. Esa capacidad fue aumentando con el tiempo, aunque se vivieron episodios hilarantes como el desplante del Ejecutivo al método diseñado por expertos de la UPV-EHU para hacer test de forma masiva y barata.

Pero otro factor importante para que apenas se detectaran casos, sobre todo en las dos primeras semanas de marzo –el estado de alarma lo cambió todo–, fue un protocolo que limitaba las pruebas a aquellas personas que mostraban síntomas evidentes de estar enfermas, se citaba concretamente la neumonía, o que habían estado en alguna «zona de transmisión comunitaria», como China o Italia.

Aquel protocolo, cuyas deficiencias fueron puestas de manifiesto por este diario el 4 de marzo, permitió que muchos infectados anduvieran sin control ni constancia de que eran portadores del virus durante días.

Hoy, la forma de enfrentarse al virus es opuesta a aquella, pero es difícil no preguntarse qué hubiera pasado si en esas primeras semanas se hubiera realizado una búsqueda masiva de casos.

Sin un plan definido

El cambio de estrategia, así como algunas medidas de prevención adoptadas desde mediados de julio, hacen que la situación sea mejor que en la primera oleada. Pero no por ello es buena. Sobre todo si comparamos los más de mil casos que se han detectado algunos días de la semana pasada con los cinco que llegó a haber a finales de mayo.

El aumento de contagios está siendo constante y sostenido y, a diferencia de lo que ocurrió en primavera, cuando se ordenó un confinamiento y se fijó como objetivo «doblegar la curva», hoy no existe un plan definido y no se sabe qué criterios hay marcados para adoptar medidas más drásticas. Si es que los hay.

En la primera oleada, el pico de casos se alcanzó a finales de marzo y el de hospitalizaciones y fallecidos unas semanas más tarde, mientras que ahora llevamos dos meses de crecimiento, con una pendiente más tendida, pero alcanzando ya números preocupantes. También en los hospitales, donde dentro de varios días ingresarán los casos que están detectándose ahora.

Las 378 personas que había hospitalizadas ayer siguen lejos de las que llegó a haber en primavera, pero la tendencia es muy clara y se desconoce si existe un umbral a partir del cual el aumento de casos, de pacientes y fallecidos, se considera inaceptable.

Con el inicio del curso a la vuelta de la esquina, despejar esas dudas parece necesario. La ciudadanía debe saber qué escenarios se manejan y qué se le viene encima en un otoño tan complicado como la primavera.

 

La alcaldesa de Bakio pide a Lakua una cifra real de afectados

La alcaldesa de Bakio, Amets Jauregizar, pidió ayer al Gobierno de Lakua que concrete la cifra real de personas contagiadas por coronavirus en ese municipio, dado que solo contabiliza la de quienes están empadronados, lo que a su juicio transmite una sensación de «falsa tranquilidad». En declaraciones a Efe, la primer edil de la localidad costera recordó que en verano residen allí cerca de 10.000 personas, frente a las 2.700 que están empadronadas y que son las únicas que suman positivos al registro del municipio en caso de infección.

Esta situación, lamentó Jauregizar, está creando una percepción que no se correspondería con la situación real, dado que, según apuntó, en Bakio hay «mucha gente» confinada por haber dado positivo en las pruebas PCR y, pese a ello, el número de contagios incluidos del 21 al 27 de agosto en el boletín epidemiológico de Lakua era tan sólo de cinco.

La primera edil destacó que el papel que juegan los Ayuntamientos en materia de sensibilización para luchar contra la propagación de esta enfermedad resulta «clave» y propuso la posibilidad de abrir un epígrafe con los positivos de vecinos que estén empadronados en otras localidades, pero residan en Bakio.

En el informe de ayer no se apuntó ningún positivo en Bakio, mientras Bilbo (67), Donostia (50) y Gasteiz (35) volvieron a encabezar el listado de Osakidetza, caracterizado por un número de test PCR inferior al de jornadas precedentes; 5.928 el domingo, frente a los 7.250 y 9.983 del sábado y el viernes, respectivamente. Getxo, con 32 casos, fue el siguiente municipio más afectado, seguido por Barakaldo (18), Irun (16) y Hernani (10). El Gobierno de Iruñea reportó 137 casos tras realizar 1.399 PCR el domingo, lo que supone un 9,1% de test positivos. Iruñerria, con el 43% y la zona de Tutera (29%) fueron las áreas más afectadas.I.B.

 

Informan de nuevos positivos en residencias de Gasteiz y Hernani

Las pruebas que se están realizando en las residencias de mayores de Araba han detectado dos nuevos positivos en covid-19 entre sus usuarios, de forma que los casos, según informó ayer la Diputación en una nota, ya son nueve. Los nuevos casos han sido detectados en las residencias Txagorritxu y Etxebidea.

Estos contagios se suman a los siete positivos por coronavirus que ya habían sido detectados en residencias de titularidad foral–cinco en la citada de Txagorritxu y dos en la residencia Lakua–. También se ha detectado un positivo en la residencia público-privada de Ariznabarra. En el caso de la red privada, el viernes se detectaron tres nuevos casos entre los usuarios del centro Tagore de Gasteiz, mientras que un total de 25 personas han dado positivo en la residencia Purísima Concepción de Zuia, donde el miércoles falleció una usuaria.

Además, un usuario del centro Santa María Magdalena de Hernani ha dado resultado positivo, de modo que en las próximas horas se harán pruebas a todos los residentes y se han suspendido tanto las salidas como las visitas, informó la Diputación. Este verano solo una residencia de Gipuzkoa había registrado contagios, la de Hermano Garate-San Ignacio de Donostia, donde fallecieron dos personas. Otras seis están afectadas y dos de ellas se hallan hospitalizadas.GARA