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La gala inaugural de Zinemaldia alienta a volver a las salas y reflexiona sobre la distancia

El concepto de la distancia, muy presente en los actuales tiempos de pandemia, y la necesidad de volver a las salas de cine son los ejes en torno a los que ha girado la gala para inaugurar la 68 edición del Festival de Donostia en el Kursaal. El bailarín y coreógrafo Jon Maya ha ejercido de director de la ceremonia, con guión del escritor Harkaitz Cano.

Los intervinientes en la gala, en el centro Eneko Sagardoy, han bailado invitando así a la fiesta del cine. (Jon URBE | FOKU)
Los intervinientes en la gala, en el centro Eneko Sagardoy, han bailado invitando así a la fiesta del cine. (Jon URBE | FOKU)

«¿Cual es la distancia perfecta para el cine?», se han preguntado los presentadores y presentadoras de la gala inaugural del Zinemaldia Cayetana Guillén Cuervo, Eneko Sagardoy, Miren Gaztañaga e Inma Cuevas. Sin duda, una pregunta de complicada respuesta a la que han proseguido dos afirmaciones más exactas y adecuadas para los actuales tiempos de pandemia. La primera, que el cine es capaz de «achicar las distancias» y hacernos «regresar a casa». La segunda, que «una distancia separadora es una distancia salvadora».

El concepto de la distancia ha sido uno de los ejes en torno a los que ha girado la gala que de inauguración de la 68 edición del Festival de Donostia en el Kursaal este viernes noche. Con clara impronta vasca: el bailarín y coreógrafo Jon Maya ha ejercido de director de la ceremonia, sobre un guión de Harkaitz Cano.

Zinemaldia ha encargado a ambos creadores guipuzcoanos todas las galas de esta edición: la del Premio Donostia a Viggo Mortensen –jueves 24– y la del Cine Vasco, en la que se le entregará el premio a la directora de casting eibarresa Sara Bilbatua –martes 22–.

En sus notas de presentación, Cano subraya que «en un contexto pandémico en el que las certezas se agrietan y un abismo parece abrirse bajo nuestros pies, la palabra distancia ha cobrado un sentido difícilmente imaginable meses atrás». «Por eso nos gustaría que la gala de apertura girase en torno a ese eje vertebrador: la distancia», dice el escritor.

La danza y la música en vivo han cobrado un importante protagonismo: han participado los bailarines de la compañía Kukai, dirigida por el propio Maya, y un grupo de cinco músicos bajo la dirección musical de Luis María Moreno Urretabizcaya, Pirata.

Necesaria vuelta a las salas

El segundo eje sobre el que ha girado la ceremonia ha sido la necesidad de regresar a las salas de cine, recién abiertas tras meses de confinamiento. José Luis Rebordinos, director del Festival, ha remarcado que «el mejor sitio para ver una película sigue siendo una sala de cine», y es por esto que ha querido rendir un homenaje a los festivales que no han podido realizarse.

Festivales como el de Cannes, donde las 17 películas que no pudieron proyectarse sí lo harán en el Zinemaldia y cuyo director, Thierry Frémaux, ha estado presente en el Kursaal. Se ha mostrado «feliz» de estar en el Zinemaldia, que ha calificado como «uno de los festivales más importantes del mundo».

Ha recordado además que hace dos semanas estuvo junto a Rebordinos en el Festival de Venecia para «solidarizarnos con los festivales y para decir que el cine está vivo» y que siembre acaba abriéndose camino en la adversidad.

Frémaux no ha pasado por alto los 125 transcurridos desde que, aquel 22 de marzo de 1895, lo más selecto de la sociedad lyonesa contempló gracias a los hermanos Lumière aquella primera proyección con público de la historia: 'Salida de los obreros de la fábrica'. «Siempre hay amenazas sobre la sala de cine, pero el cine nunca va a morir», ha asegurado el director de Cannes.

También se ha presentado a los miembros del jurado de la Sección Oficial, presidido este año por el cineasta italiano Luca Guadagnino. Además, ha intervenido Jaryro Bustamante, jurado de Horizontes Latinos que ha dado las gracias al festival que ayuda a difundir las películas latinoamericanas.

Por último, ha sido el propio Woody Allen el que ha cerrado la gala de inauguración tras abrir con la película 'Rifkin's Festival' este Zinemaldia. El director no ha apodido asistir, por lo que ha contado a través de un vídeo rodado en Nueva York y proyectado en una gran pantalla las razones que le llevaron a rodar su filme en Donostia.

«Mediapro me propuso hacer una película en España, pero pensé que ya había grabado en Barcelona, en Oviedo, y me puse a pensar en un sitio donde no hubiera grabado antes», ha recordado. Entonces «recordé San Sebastián, por lo bonita y fotogénica que es, y me puse a escribir una historia situada allí, lugar del que solo sabía que se celebraba el festival, y rodando una película sobre ese festival que ha sido un regalo».

El film ha estado representada en el escenario del Kursaal por las actrices Gina Gershon y Elena Anaya, y el productor Jaime Roures, quien ha felicitado al Festival de Donostia «por resistir a la pandemia y por demostrar que el cine y la cultura es la mejor arma para vencer al virus, después de los sanitarios». Anaya se ha sumado a este mensaje señalando que «el cine es un lugar seguro, todos necesitamos el cine y el cine nos necesita».

«No somos figurantes» en el exterior

Precisamente, la Plataforma de Donostiarras por el Decrecimiento Turístico Bizilagunekin y Ernai, han convocado una concentración durante la presentación de 'Rifkin's Festival' para protestar contra la utilización de la película para promover el turismo en Donostia. Los convocantes han portado pancartas que rezaban «no somos figurantes en nuestra ciudad».