El lehendakari de la CAV, Iñigo Urkullu, ha afirmado este lunes que los datos del miércoles o jueves sobre la evolución epidemiológica del coronavirus, tras diez días de las nuevas restricciones de movilidad y el toque de queda en la CAV, determinarán si son necesarias medidas más estrictas para contener los contagios y hasta un confinamiento como en marzo.

En una entrevista en Radio Euskadi, Urkullu ha indicado que, además de los datos de contagios, el Gobierno analizarán otros indicadores como el de ocupación de UCIs, donde a día de hoy ve «un colchón» hasta su saturación, y participará en la reunión de la Comisión Interministerial del miércoles por la tarde, antes de decidir cómo actuar.

Si los datos de contagios de estos diez días evidencian una mala evolución de la pandemia, ha indicado que su Ejecutivo baraja varias posibilidades, desde «la supresión de toda actividad económica no esencial con una hora más adelantada» (ahora son las 23.00) o «mantener solo la actividad laboral y educativa y el cierre del resto» (como han hecho el Gobierno francés o el británico), sin descartar el confinamiento total como el de marzo.

«Es una situación inquietante y de máxima preocupación pero se abordará desde un ejercicio de equilibrio para preservar la salud y la economía», ha asegurado al tiempo que ha avisado de que «todo está sobre la mesa».

«No se trata de culpabilizar a nadie», ha asegurado, pero cree necesario reducir la actividad social y mantenernos dentro de grupos burbujas de no más de 6 personas para poder contener la enfermedad, al tiempo que ha afirmado que hay que aumentar las frecuencias de los transportes públicos para evitar aglomeraciones y que las instituciones vascas trabajan en ello.

El lehendakari ha destacado que desde que llego la pandemia, la CAV ha tenido que destinar a sanidad 340 millones de euros más de lo presupuestado y que en comparación a hace un año, la plantilla de Osakidetza ha crecido un 8,3 %, con 38.000 profesionales. Son los datos ofrecidos esta mañana también en el Parlamento de Gasteiz por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que sí ha sido más crítica con la actitud individual porque «nos hemos relajado».

Urkullu ha opinado que la CAV está «mucho mejor preparada que en la primera ola».

«El presupuesto es finito»

Sobre las movilizaciones de los sanitarios ha asegurado comprender «la presión que están soportando los profesionales de Osakidetza» y en «reconocer su esfuerzo»; también «es cierto», ha dicho, que el Gobierno que dirige está haciendo un esfuerzo inversor y que «el presupuesto es finit»" ya que debe reforzar al mismo tiempo la educación y las ayudas a sectores especialmente afectados por la crisis.

Para destinar más recursos a esos servicios esenciales, «habrá que gestionar el presupuesto con cautela, recurriendo al endeudamiento pero sin recortes, aún siendo austeros», ha avanzado.

«Si entráramos en confinamiento, ha advertido, tendría incidencia en la economía y habría que replantear el ejercicio presupuestario del año que viene».

Illa no ve confinamiento a corto plazo

Mientras Urkullu incluía el confinamiento total como una de las opciones, el ministro de Sanidad estatal, Salvador Illa, lo ha descartado al menos los próximos días.

En una rueda de prensa, ha pedido «no entrar en una especie de competición para ver quien toma la medida más dura», aludiendo así a la solicitud del Gobierno de Asturias, que ha pedido al Ejecutivo estatal un confinamiento domiciliario durante 15 días.

«Ahora no lo prevemos. Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las Comunidades Autónomas para poder actuar es suficiente», ha asegurado Illa.