Dabid Lazkanoiturburu

La esperanza demócrata de ganar también en el Senado se diluye

Tras haber revalidado su mayoría en la Cámara de Representantes, los demócratas ven reducirse sus esperanzas de arrebatar el Senado a la actual mayoría republicana. El Old Party ha logrado amarrar varios asientos en peligro, lo que hace presagiar que, sea quien sea el presidente, mantendrá el control de una de las claves de bóveda del poder en EEUU.

El senador trumpista Lindsey Graham, satisfecho tras conservar el asiento en el Senado por Carolina del Sur. (Sean RAYFORD/AFP)
El senador trumpista Lindsey Graham, satisfecho tras conservar el asiento en el Senado por Carolina del Sur. (Sean RAYFORD/AFP)

Además de decidir quién será presidente durante los próximos cuatro años, las elecciones de ayer renovaban completamente la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, cuestión nada baladí por lo que suponen, sobre todo la Cámara Alta, de contrapeso, o refuerzo, del mandato presidencial.

Pese a que al inicio del recuento se apuntaba a una victoria republicana, los demócratas han logrado mantener su mayoría en la Cámara de Representantes.

Eso sí, y a falta de 64 escaños por asignar, las proyecciones indican que los demócratas ganaron 190 escaños y los republicanos 181. Lejos del amplio margen de 232 a 197 que mantienen en la actualidad.

Así, y pese a que cuando se complete el recuento la victoria demócrata, será previsiblemente más abultada, los republicanos por el momento han logrado arrebatar seis escaños que eran progresistas en una mala noche para la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

El socialismo democrático arrolla

Destacan, como contrapunto, los triunfos contundentes del ala izquierda del Partido Demócrata, liderado por la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y su «escuadrón progresista» de Nueva York, que incluye a las representantes Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, sin olvidar al profesor Jamaal Bowman.

Por contra, los demócratas habían depositado muchas esperanzas en la posibilidad de arrebatar a los republicanos el control del Senado, que renovaba un tercio (35) de su centenar de asientos. Había encuestas que apuntaban a ello y atribuían un efecto negativo de la candidatura de Donald Trump en los asientos más disputados y el Partido Demócrata se lanzó a una  ambiciosa ofensiva que combinaba candidatos moderados en estados conservadores, gobernadores o una expiloto de la Fuerza Aérea, todos ellos muy bien financiados.

Pero las esperanzas demócratas se han visto reducidas después de que algunos de los senadores republicanos que se jugaban su asiento lo hayan revalidado, como Joni Ernst en Iowa y Steve Daines en Montana.

En otra pugna muy cerrada, el senador republicano por Carolina del Norte Thom Tillis ha reivindicado una «victoria histórica».

Dos grandes aliados del presidente han sido reelegidos: el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, y el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham.

Prácticamente imposible

Por ahora, los demócratas han arrebatado a los republicanos un escaño en Arizona así como otro en Colorado, que ha ganado John Hickenlooper frente al senador Cory Gardner.

El demócrata Mark Kelly, un antiguo astronauta y veterano de la Marina, se ha hecho con la victoria frente a su rival republicana, Martha McSally, y será quien pase a ocupar el escaño que durante décadas ocupó en el Senado el finado John McCain en Arizona. Una venganza póstuma del único líder republicano que plantó cara a Trump.

Pero los republicanos han contraatacado arrebatando a los demócratas un asiento en el Senado por Alabama, que habían tomado hace dos años más por deméritos de su rival republicano, un ultraconservador acusado de acoso sexual a menores, que por méritos propios, lo que reduce a uno su asiento perdido, de momento.

A las 07.30 hora local de hoy (13:30 en EH), el escrutinio indica un empate a 47, con seis escaños todavía por asignar, pero las posibilidades demócratas para ganar una mayoría parecen muy pocas, ya que están por detrás en todos los escrutinios.

Los republicanos controlan actualmente el Senado con 53 asientos.

Los demócratas necesitan arrebatar cuatro escaños para lograr la mayoría, tres si Biden ganara las presidenciales, ya que la entonces vicepresidenta Kamala Harris podría, según la Constitución, deshace un eventual empate 50 a 50.

En Maine, la republicana Susan Collins llevaba seis puntos de ventaja con el recuento al 65%. Los demócratas mantienen la esperanza en este Estado, así como en Georgia, donde el republicano saliente  David Perdue aventajaba por la mínima al demócrata Jon Ossoff.

Georgia celebró el martes dos elecciones al Senado. en la segunda, el candidato demócrata  Raphael Warnock se ha asegurado una segunda vuelta, el 5 de enero, frente a la republicana saliente Kelly Loeffler.

Muchas, quizás demasiadas, carambolas para que cambie el control del Senado, una cámara que ha evitado abrir el proceso de impeachment (destitución) de Trump y que acaba de designar para el Supremo a velocidad relámpago a la jueza cristiana rigorista Amy Coney Barrett, lo que refuerza la mayoría conservadora en la institución judicial más importante de EEUU.