Segunda derrota consecutiva de Osasuna, esta vez en el Sánchez Pizjuán, donde no ha merecido perder, pero un detalle en forma de penalti infantil –como ante los colchoneros– le ha permitido al Sevilla acabar con su negativa racha de tres tropiezos ligueros consecutivos.
El ímpetu incontrolado, esta vez de Moncayola, ha propiciado un lanzamiento desde los once metros que, en primera instancia, ha detenido Sergio Herrera, aunque de manera irregular, al moverse más allá de la línea de gol antes de ejecutar Ocampos. Munuera ha ordenado repetir el lanzamiento y en la segunda intentona el argentino no ha fallado.
Esa jugada ha significado un antes y un después, ya que desde el pitido incial Osasuna le ha jugado de tú a tú al Sevilla, en un encuentro muy físico, disputado a un alto ritmo y con la idea de llegar rápido al área, buscando de manera celerosa a Budimir –titular por primera vez– y Enric Gallego.
Por momentos, la escuadra navarra ha maniatado a su anfitrión, aunque al primer cuarto de hora ya ha llegado el primer contratiempo, una nueva lesión muscular de Lucas Torró que, junto a Juan Cruz, ha sido la tercera novedad en el once de Jagoba Arrasate.
Apretando desde arriba, los rojillos han asfixiado en la medida de lo posible a un Sevilla –Lopetegi ha variado medio equipo respecto al que jugó entre semana contra el Krasnodar– que no terminaba de carburar, ni de llegar con peligro a las inmediaciones de Sergio Herrera, quien no se ha visto obligado a realizar ninguna intervención de mérito durante la primera parte.
Por contra, Osasuna sí que ha estado muy cerca de adelantarse en el marcador. Un balón aéreo ha acabado siendo bajado al suelo con el pecho por Budimir para dejárselo franco a un Jony que lo ha empalado a bote pronto, pero el esférico se ha marchado rozando el larguero en la mejor ocasión de los visitatantes durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Ambos futbolistas han sido protagonistas de un lance anterior, aunque en este caso ha sido el asturiano quien ha servido un centro muy tocado para que el croata lo peinase, aunque la oposición de un defensa le ha impedido darle la dirección adecuada y el cuero se ha marchado pegado a la base del poste.
Ha quedado la sensación al descanso de que, siguiendo en esa misma línea, Osasuna iba a disponer de sus opciones en la segunda mitad para llevarse algo positivo del estadio hispalense. Además, el preparador local, Julen Lopetegi, se ha visto obligado a variar su dibujo por otra lesión, la de Jesús Navas, pasando a jugar con tres centrales.
El cambio ha sorprendido durante unos minutos a los rojillos, pero ha sido finalmente el penalti al cuarto de hora de la reanudación la jugada clave que ha marcado el destino del envite. A partir de ahí, y aunque el cuadro navarro lo ha intentado, sobre todo en el último tramo, la dinámica del partido ya no ha sido la misma.
De hecho, el Sevilla, una vez abierta la lata, no se ha limitado a recogerse en sus cuarteles de invierno, sino que ha mantenido su posición adelantada, presionando el inicio de las jugadas visitantes, lo que ha dificultado mucho la circulación rojilla, uno de los problemas endémicos de la presente campaña.
Pese a ello, algunos balones aéreos y jugadas de estrategia han podido variar el luminoso final, con sendos testarazos de Budimir como los lances más propicios para equilibrar la balanza, algo que finalmente no se ha producido.
Arrasate: «El penalti manda al traste el trabajo»
Arrasate ha admitido que el penalti «ha mandado al traste el trabajo» de los suyos, que «estaban siendo por momentos mejores» que su rival. «Se ha cometido un error y esos pequeños detalles son determinantes», ya que no se deben «dar opciones al colegiado para que pite este tipo de penaltis».
El míster de Berriatua, que se ha mostrado «fastidiado» por dicha jugada, ha revelado que, a la conclusión del choque, se ha dirigido al árbitro para indicarle que «tres minutos me han parecido poco tras la intervención del VAR y un penalti repetido».
Arrasate ha subrayado que el Sevilla es un equipo «al que es complicado generarle ocasiones», pues «suele ganar los duelos ante todo tipo de equipos», pese a lo cual los puntas rojillos «han trabajado muy bien» y ahora a la escuadra navarra solo le queda «seguir evolucionando para lograr los objetivos».