Las paredes de Iruñea conocen de hace tiempo el trabajo del grafitero LKN. No en vano ha ilustrado distintos puntos de la ciudad con imágenes que reflejan a figuras del primer equipo de Osasuna vistas de otras manera. La primera fue el entrenador Jagoba Arrasate presentado como un santo salvador.
Desde entonces Chimy Ávila, Oier Sanjurjo, Maider Irisarri, Aridane, Unai García, Brandon Thomas, Sergio Herrera, Pervis Estupiñán, Roberto Torres o Rubén García han sido habituales de las pinturas de LKN.
Incluso un personaje unánimente odiado por la parroquia rojilla, como el entrenador del Getafe José Bordalás.
Ahora, LKN ha abandonado su habitual temática futbolera y se ha adentrado en las procelosas aguas de la política. La lehendakari María Chivite y la portavoz de EH Bildu son las protagonistas de la imagen que se ha difundido por las redes sociales.
Con esta imagen, parece querer destacar que el acuerdo entre ambas políticas tiene bases sólidas en un momento en el que en el Parlamento navarro, que se ve al fondo, se están discutiendo los presupuestos para el próximo ejercicio. De momento, no consta que las relaciones sean tan estrechas como las de la icónica imagen del beso entre Leonidas Breznev y Erich Honecker, los dos máximos mandatarios de la Unión Soviética y la República Democrática Alemana.
No se tiene constancia de la reacción a la imagen en la sede de UPN o de los distintos partidos que forman Navarra Suma tras el infructuoso intento de querer ser el partenaire de Chivite en la negociación presupuestaria. Visto lo visto, la imagen de este beso parece lejana. Casi imposible.
Preguntado por una periodista al respecto tras la sesión de Gobierno, el portavoz Javier Remírez ha respondido que «respecto al mural, tenemos respeto absoluto a la libertad de expresión».
«No hay posición del Gobierno al respecto», ha añadido.
Para el mediodía, alguien ya había destrozado la imagen del beso, sin que se tenga constancia de los motivos para ello.