A última hora del domingo, Anna Cruz y Araski han llegado a un acuerdo para la rescisión del contrato que unía ambas partes hasta final de la presente temporada. El club gasteiztarra, mediante una escueta nota en su web «agradece a Anna Cruz su profesionalidad durante su estancia en Vitoria-Gasteiz y le desea las mejores de las suertes tanto en su vida profesional como personal».
La escolta catalana fue el fichaje más importante tal vez de toda la historia del club gasteiztarra, toda una ganadora del anillo de la WNBA, y muy importante en los esquemas de la selección española múltiple campeona de Europa y medallista mundial y olímpica, ha tenido que salir por la puerta falsa después de no cumplirse las expectativas con las que llegaba en el mercado estival.
Después de 13 jornadas en la campaña 2020/21 de la Liga Femenina Endesa, Cruz ha promediado 7,4 puntos, 4,8 rebotes, 1,2 asistencias y 5,5 de valoración en 22 minutos.
Una artroscopia en su rodilla terminaba, a sus 34 años, con la carrera de Anna Cruz en la élite del basket europeo. La escolta catalana llegaba a Gasteiz en verano fruto, entre otros motivos, de su buena relación con Madelen Urieta, que no hay que olvidar que ejerce de entrenadora ayudante en la selección española femenina.
«He querido volver al baloncesto más puro. Yo ahora lo que quiero es ser feliz y estar totalmente implicada. Eso es lo que creo que me faltaba últimamente y lo que he encontrado aquí», explicaba Cruz en su llegada a Araski. Ella misma esperaba aportar «ganas, esfuerzo, sacrificio y entrega» en los primeros meses de competición, así como su clase y su temple en los minutos finales conforme avanzara la competición.
No obstante, Anna Cruz ha estado muy lejos de su mejor versión, hasta el punto de que en el último duelo de las gasteiztarras en Lugo, la jugadora catalana se quedaba sin anotar y, en un final igualado, Madelen Urieta decidía no alinearla.
Con la barcelonesa fuera ya de la plantilla araskizale –tras haberse quedado prácticamente fuera de la Copa–, el cuadro gasteiztarra tiene una línea exterior muy coja, prácticamente limitada a Laura Quevedo y Joy Adams –y Cristina Molinuevo–, habida cuenta la ausencia por lesión de Tania Pérez, a la que se le suma ahora el adiós de Anna Cruz.