IKER FIDALGO

Borrar los límites

Nuestro día a día está marcado por la convivencia con la imagen. El bombardeo constante de contenido visual nos ha condenado a una nueva manera de comunicación. Una gran mezcla en la que encontramos al mismo nivel las fotografías familiares, los perfiles en redes de cualquier estrella del deporte o una campaña publicitaria de una marca comercial. Todo convive en los mismos circuitos difuminando los límites y dotando de un nuevo carácter a la definición de cultura visual. En estas circunstancias, el arte contemporáneo encuentra nuevos caminos mientras busca su posición en el entramado actual. El arte ha sido siempre una expresión de los sentimientos e ideas de la humanidad. Una manera de representación, narración y puesta en común. Con todo y como parte de un mundo basado en el consumo y en el mercado, muchos de sus lenguajes han sido utilizados desde otras áreas como la publicidad. A día de hoy la mayoría de las líneas que diferenciaban a las disciplinas o a los usos de las mismas, parecen haberse difuminado. Podemos encontrar estímulos semejantes perteneciendo a dos mundos aparentemente diferentes. Si la cultura pertenece a su tiempo, el arte actual está inmerso en un momento convulso en el que la imagen posee múltiples identidades cambiantes y ningún rol estable. Quizás una de las fortalezas del arte actual sea la capacidad de proporcionar pausa. No contemplamos igual una pintura que un cartel publicitario por mucho que sus códigos, en ocasiones, sean semejantes. El papel del público entra de nuevo en juego. La implicación será lo que nos ayude a seguir buscando entre todas las partes un lugar relevante en la concepción de nuestro presente.

Aiete Kultur Etxea, en Donostia, lleva tiempo dando espacio a la exhibición de nombres relevantes de la ilustración actual en nuestro territorio. Cada tres meses dispone una nueva muestra en la que podemos conocer a algunos de los perfiles más interesantes así como su trayectoria reciente. El campo de la ilustración, que parece haberse ganado un nuevo reconocimiento en la última época, es una de esas “artes menores” que parecían relegadas a un plano de relevancia mucho menor que su hermana mayor, la pintura. Antes de la existencia de la fotografía, los dibujos realizados en técnicas de fácil reproducción masiva eran los encargados de proporcionar la imagen a cada noticia, ayudando al público lector a entender la narración de los sucesos. Es quizás por este tipo de función gregaria por lo que no trascendiera hasta asumir un protagonismo propio. Actualmente, la ilustración ha encontrado un camino de gran visibilidad, trabajando sin ningún complejo en ámbitos tanto publicitarios como artísticos.

Miren Asiain Lora (Iruñea, 1988) será la encargada hasta el próximo 24 de enero de habitar la sala donostiarra. Su fructífera trayectoria le ha llevado a ganar el Premio Euskadi de Literatura en la categoría de ilustración, el pasado noviembre. El estilo de Asiain nos brinda la posibilidad de entrar en un mundo con una narrativa propia cargada de una sensibilidad plagada de matices.

La trayectoria artística de Iker Serrano Robles (Iruñea, 1982) se despliega en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de la capital navarra. Más de cincuenta obras que recorren una trayectoria iniciada en el 2007 y que el propio título, “Hasieratik hasita, comenzando desde el principio”, nos invita a desgranar. Son siete los proyectos que proponen el recorrido y que nos permiten entender la evolución de Serrano. Sin embargo, a pesar de los diferentes momentos, el artista navarro posee un estilo con una identidad reconocible presente en todos los capítulos. La pintura parece erigirse como un tema recurrente a nivel conceptual. La relación del autor con la propia disciplina y con los propios procesos creativos que marcan su trabajo. La exposición estará disponible hasta el 17 de enero.