«El plan urbanístico de Gasteiz no permite hacer pozos [de sondeo de gas] en el lugar que han solicitado, ya que tiene dos protecciones ambientales», afirmó el parlamentario de EH Bildu Mikel Otero cuando se conoció la petición realizada por el departamento de Arantxa Tapia del Gobierno de Lakua. Y advirtió de que, «para poder seguir adelante, habría que someter el urbanismo a los intereses de los hidrocarburos. El alcalde Urtaran no debe permitir que esto suceda y no tiene mayoría para hacerlo».

Y el alcalde Gorka Urtaran tuvo que admitirlo definitivamente ayer, en una rueda de prensa junto a la concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi, quien explicó que la exploración de gas en Subilla es «incompatible» con el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que no contempla que en esa parcela pueda llevarse a cabo una actividad como esta y que establece que los usos no previstos de manera expresa quedan automáticamente prohibidos.

Tratando de sobreponerse al golpe que se veía venir, Urtaran aseguró que «al margen de que podamos estar de acuerdo con la Estrategia de Energía vasca, como alcalde me compete defender el interés municipal de Vitoria frente a cualquier otro planteamiento».

Todos los grupos de la oposición e incluso el PSE, socio del PNV en todos los ámbitos institucionales municipal, foral y autonómico, se habían mostrado en contra de esta exploración de gas, que hasta ayer mismo había sido defendida por el alcalde.

Por su parte, la consejera la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, defendió en el Parlamento que el proyecto de exploración de gas en el pozo Armentia-2 «cuenta ambientalmente con todas las garantías, con todos los permisos y con todas las leyes».

Es más, en ese mismo pleno parlamentario, Tapia acusó a EH Bildu de actuar con «cinismo» al apostar por traer el gas de fuera con el impacto ecológico que este traslado supone y defendió la continuidad del proyecto porque «no hay ninguna ley o normativa que impida seguir adelante».

Ahora queda abierta la posibilidad de que el Gobierno de Urkullu recurra la decisión municipal en los tribunales, para tratar de salvar la responsabilidad patrimonial que pudiera tener con sus socios privados en este pozo el que participan Petricho, filial de Heyco, con el 36%, y Cambria, 20%. La empresa pública Shesa tiene el 44%.

Obstáculo presupuestario

El sondeo de gas en Subilla se había convertido, además, en un obstáculo para la aprobación de los presupuestos del Ayuntamiento de Gasteiz, donde PNV y PSE necesitan el apoyo de un concejal de la oposición. El año pasado ese voto llegó de Elkarrekin Gasteiz, que había dejado claro que sería imposible si se mantenía la búsqueda de gas en Armentia. Ayer afirmó que la marcha atrás «desatasca la negociación». También era un impedimento en la búsqueda de un mayor consenso en las cuentas de Lakua, puesto que aunque el Ejecutivo tiene mayoría absoluta, dice querer contar con el voto de algún grupo de la oposición, y sus miradas están puestas en la formación morada.

La portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Gasteiz, Miren Larrion, quiso «dejar claro que esta denegación de licencia no es un regalo del alcalde Gorka Urtaran. Se trata del fruto de años de trabajo de una mayoría social y política en Gasteiz, que ha conseguido una normativa de referencia contraria a la exploración y explotación de gas en el municipio».