El Eibar cierra el año con una alegría inesperada. Los azulgranas suman un punto que no les da demasiado aire en la clasificación –incluso pueden acabar la jornada en descenso, dependiendo sobre todo de lo que haga esta noche el Valladolid– pero que deberían celebrar por todo lo alto. Por histórico, después de que hubieran saldado sus seis visitas anteriores el Camp Nou con tras tantas derrotas, y porque ha sido fruto de una grandísima actuación, que permite pensar que lo de Mendizorrotza fue un accidente y mantener, por tanto, el optimismo que venían alimentando durante muchas semanas, aunque fuera más por juego que por resultados. También por las circunstancias en las que llegaba a Barcelona, con Bryan Gil, su mejor jugador este curso, y Anaitz Arbilla, titular indiscutible, fuera de combate.
El Barcelona ha repetido el planteamiento que le permitió dar su mejor versión de la temporada en la última jornada frente al Valladolid. Pero José Luis Mendilibar se lo esperaba y ha respondido con un once remodelado en la forma –tres medioscentros y por delante Kike, con Kadzior e Inui a los lados– pero clásico en el fondo, con su inagotable presión al rival. La combinación de ambos ha permitido al Eibar maniatar en el primer tiempo a su rival, incapaz de sacar el balón jugado y sin demasiado éxito cuando lo hacía en largo.
El tapón no ha sido totalmente impermeable. Porque el partido ha empezado con susto y polémica. En el minuto seis, un ¿penalti? decretado por el árbitro previa consulta con el VAR ha fulminado las exiguas esperanzas de los armeros. Pero penalti inexistente, penalti fallado y, efectivamente, Braithwaite lo ha enviado fuera. Estaba visto que la noche, ausencia de Messi incluída, sonreía a los eibarreses. Incluso cuando Braithwait sí ha marcado, mediado el primer tiempo, en la mejor ocasión hasta el descanso. Porque el árbitro sí ha acertado ahora, de nuevo tras echar un vistazo al monitor, y lo ha anulado por fuera de juego.
Ha sido una de las contadísimas veces en las que el Barcelona ha conseguido superar la presión de un rival que, a ratos, ha sabido qué hacer con los balones que robaba. Kadzior, sobre todo a balón parado, e Inui han recordado a los blaugranas que los goles también podían caerle a Ter Stegen, aunque sólo en una ocasión ha tenido que emplearse realmente el guardameta alemán, en una falta directa botada por Kadzior.
No ha podido con Kike García, ya en la segunda parte. La entrada de Dembelé en el descanso le ha sentado bien a su equipo, más incisivo ahora, aunque todavía con problemas para agujerear a su rival. Justo después de que lo hiciera Pedri, con un balón largo que ha rematado Dembelé a bocajarro y ha rechazado Dmitrovic, Kike García se la ha jugado a Araujo, robándole el balón para plantarse ante Ter Stegen y resolver el mano a mano con el portero blaugrana marcando el 0-1.
El alegrón ha durado diez minutos. Los dos jugadores locales que más peligro han creado durante el encuentro han acertado esta vez, centrando Junior Firpo desde la izquierda y rematando, entrando solo por la derecha, Dembelé.
Quedaban más de veinte minutos por delante, Koeman ha intentado forzar la remontada con los cambios y al Eibar se le ha empezado a gastar el combustible. Pero ha sabido gestionar sus recursos, renunciando casi por completo a volver a acercarse a Ter Stegen y concentrándose en defender, con más apuros ahora pero con éxito, un punto que ya no se le ha escapado.
Mendilibar: «Hemos corrido mucho y hemos tenido un poco de suerte»
«Hemos venido muchos años y no hemos sacado nunca nada. Hoy nos llevamos un puntito que nos sabe a victoria», se felicitaba José Luis Mendilibar en la sala de prensa del Camp Nou. «Ha sido cuestión de trabajar mucho, de tener un poco de suerte y de estar acertados en la que tengas», ha resumido.
Reconocía el técnico que las buenas noticias han comenzado con la ausencia de Leo Messi. «Cada vez que venimos dos goles no le quita nadie, es como empezar los partidos perdiendo 2-0. Sabiendo que los que salen son muy buenos pero hoy no hemos tenido a ese rival enfrente. Hemos sabido trabajar, no bajar los brazos, aunque después del empate en algunas ocasiones han metido balones al área como para hacernos el segundo, igual que antes han fallado el penalti, que seguramente habría sido diferente… Pero hoy aparte de correr mucho, hemos tenido esa pizca de suerte que nos ha faltado otras veces», ha insistido.
El punto y la actuación sirven para acabar con las malas sensaciones que dejó el derbi de Gasteiz. «Contra el Real Madrid nos ganaron los veinte primeros minutos pero luego jugamos muy bien. Contra el Alavés fue al revés y también perdimos. Hoy creo que el equipo ha hecho un buen partido del principio al final. Es verdad que al final con Dembelé nos han hecho algunas ocasiones pero la defensa ha estado bien. Nuestro trabajo –ha explicado– era no meternos atrás desde el principio, hemos intentado defender en su campo con los delanteros a ver cuánto podíamos aguantar. Hemos aguantado mucho, hemos sacado el empate y ellos no han tenido muchas ocasiones claras, eso también es importante para nosotros».
Koeman, descontento
Ronald Koeman, por su parte, ha reconocido que «en la primera parte hemos tenido problemas en la salida de balón. No hemos intentado lo suficiente buscar a la gente entre líneas, también había la posibilidad de pasar el balón en profundidad a Martin… No sé por qué no lo hemos hecho, si teníamos miedo a arriesgar más, a jugar más arriba». El técnico holandés, además, ha lamentado que al Barcelona se le haya escapado un partido «en el que hemos tenido suficientes ocasiones». «Hemos creado bastantes oportunidades, hemos fallado un penalti y hemos regalado un gol, el único chut a portería que han tenido ellos», ha declarado.