El Athletic sigue sin poder cambiar la dinámica pesimista y negativa que arrastra desde el inicio del curso. El equipo no termina de encontrar un sistema de juego convincente y se ve lastrado por una irregularidad preocupante. No consigue encadenar una racha de victorias ni resultados positivos y las dudas se acrecentan tras cada derrota dejando la continuidad de Garitano en entredicho.
El técnico de Derio acaba de cumplir dos años en el banquillo y sigue sin encontrar soluciones colectivas a un equipo que volvió a acabar un partido en San Mamés sin rematar a portería. Ocurrió ante el Celta hace un mes y también ante el Huesca hasta la salida de Kodro. Una película ya vista, cargada de impotencia y frustración, que se ha repetido contra Cádiz, Alavés, Osasuna, Valladolid y Granada.
Los jugadores llamados a marcar diferencias y decidir los partidos aparecen con cuentagotas. Ni Muniain ni Williams han logrado hacer olvidar en el apartado ofensivo la falta de un goleador como Aduriz y esta temporada tampoco Raúl García está aportando. El navarro que disputó su partido número 500 en Liga ante la Real tan solo ha marcado un tanto de penalti cuando la campaña anterior fue el máximo goleador.
Villalibre, una de las pocas noticias positiva de esta campaña junto con Morcillo y Vencedor, le ha tomado la delantera pero a día de hoy el de Gernika no es un jugador que pueda resolver este problema por sí solo. Tiene 23 años y es su primera temporada disfrutando de algo de continuidad y titularidades.
Los datos son elocuentes, como recogía ayer la cuenta @Adurizpedia en twitter. El delantero donostiarra marcó 22 goles en 2014, 38 en 2015, 28 en 2016, 26 en 2017 y bajó a 12 en 2018, año que empezó el declive con Ziganda y acabó con Berizzo.
A partir de ahí, Williams y Raúl García anotaron 13 goles en 2019 y Raúl García ha hecho 11 tantos en el año que acaba de finalizar.
De medio campo hacia delante
Es una carencia detectada desde hace tiempo y complicada de resolver si no se trabaja a diario en los entrenamientos. Se echan en falta automatismos y un plan B cuando la apuesta principal no funciona. Garitano aseguró en el post partido que los problemas del Athletic están en el último tercio del campo y defendió la apuesta por Vesga y Vencedor en la medular. Dijo que son la pareja más capacitada para la creación y dar salida al balón. Sin embargo, el de Errekalde fue sustituido en la segunda mitad al estar amonestado cuando estaba cuajando un buen encuentro.
La verdad es que la Real se adelantó en el derbi y defendió con solvencia el resultado. No le hizo falta mucho más y estuvo más cerca de sentenciar que el Athletic de empatar. Incluso, los tres cambios al inicio del segundo tiempo con la entrada de Sancet, Morcillo y Unai López empeoraron un rendimiento que estaba siendo decepcionante. La lesión del centrocampista guipuzcoano con un esguince de rodilla también perjudicó la intentona. Al conjunto rojiblanco se le vio sin rumbo durante unos cuantos minutos y cuando se asentó tampoco tuvo claridad ni profundidad.
Garitano vive sometido a una presión constante y el discurso errático que transmiten tanto desde la plantilla como el cuerpo técnico son prueba de ello. El entrenador señalaba al acabar el partido que la Real no fue superior y que se llevó la victoria por defender muy bien con el resultado a favor. Muniain y Sancet llegaron a señalar que el partido fue igualado. Un estilo de manifestaciones que se repite desde el inicio de Liga y que generan cierto hastío ante la falta de una verdadera autocrítica.
Y es que, a pesar de sus limitaciones, el equipo debería mostrar más ambición y no conformarse con deambular en la zona de media de la clasificación. Ese parece el discurso instaurado a medio plazo a la espera de la final de Copa. Y ahí radica otro de los grandes problemas.
La crisis que atraviesa el club trasciende a la figura de Garitano. La contestación existente entre los aficionados por la gestión de la Junta Directiva de Elizegi quedó en evidencia en la Asamblea de compromisarios.
El Athletic necesita una reacción inmediata en todos los estamentos antes de que sea demasiado tarde. Aunque hay muchos equipos involucrados, los puestos de descenso acechan a apenas tres puntos. Y la sexta plaza que ocupa el Barcelona queda a siete. Ya no vale el recurso a la igualdad que existe en la Liga porque el equipo se está atascando en la parte baja.
Restan tres partidos para cerrar la primera vuelta y disputar después la Supercopa. Por este camino parece complicado mantener la esperanza de alzar algún título en 2021.