El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha informado de que tres personas han sido detenidas por su presunta implicación en un ataque contra militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) perpetrado ayer en el marco de un acto de campaña que se ha saldado al menos con dos muertos y cinco heridos.
Uno de los arrestados sería, según informaciones preliminares, un agente de la división de Protección de Personalidades Importantes (PPI) de la Policía Nacional. Otro ha tenido que ser operado de emergencia al haber sufrido varias heridas de bala en el abdomen.
El ataque tuvo lugar tras un mitin de cara a las elecciones previstas para el 28 de febrero en el país. Nidia Díaz, diputada del FMLN por el departamento de San Salvador, ha explicado que uno de los agresores se bajó de un vehículo y «comenzó a disparar pistola en mano». «La caravana se dispersó, y cuando algunos compañeros estaban en el Centro de San Salvador, a la altura de la Cornucopia, un Sedán azul se atravesó y comenzó a disparar a los compañeros», ha agregado.
Los fallecidos han sido identificados como Gloria Rogel del Cid y Juan de Dios Tejada.
«Es un salvaje»
El secretario general del FMLN, el exvicepresidente Óscar Ortiz, ha manifestado que «desconoce» al presidente Bukele, al que ha acusado de incitar al odio.
«Desconozco a ese tipo que está en la Presidencia, porque creo que es un salvaje, no puede jugar así con la situación de los salvadoreños. Está llevando al país a un caos, a una situación innecesaria de confrontación social», ha señalado Ortiz.
El líder de izquierda salvadoreña ha responsabilizado al mandatario de «incitar a la violencia, al odio, a la confrontación» con sus mensajes en contra de la oposición en la referida red social y mediante la campaña electoral del partido Nuevas Ideas (NI), fundado por un movimiento del presidente Bukele y liderado por un primo suyo.
El presidente escribió tras el ataque que «parece que los partidos moribundos han puesto en marcha su último plan. Qué desesperación por no perder sus privilegios y su corrupción. Pensé que no podían caer más bajo, pero cayeron».
El fiscal general, Raúl Melara, ha tildado el tiroteo de «grave» y ha concluido que «la contienda electoral no puede convertirse en un baño de sangre».