Tubacex ha anunciado este lunes a la representación sindical de las plantas de Laudio y Amurrio la apertura de un proceso de negociación de un expediente de regulación de empleo (ERE) para parte de la plantilla alegando «problemas estructuraes».
Además, también ha anunciado la negociación en paralelo de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para el resto de trabajadores ante la baja cartera de pedidos con la que cuenta en la actualidad, dada la situación de pandemia. Ambas plantas cuentan en conjunto con una plantilla de 800 trabajadores.
El pasado mes de diciembre, la empresa ya adelantó a diferentes instituciones vascas su intención de aplicar las medidas de ajuste necesarias para salvaguardar el futuro de sus plantas alavesas TTI (Amurrio) y Aceralava (Laudio).
En una carta remitida a diferentes representantes institucionales, justificaba la necesidad de adoptar medidas ante una situación de pérdidas «insostenibles», que cifraba en 18 millones de euros en el ejercicio 2020.
La compañía ha recordado que la «grave crisis» del sector del petróleo y gas ha llevado a las empresas que se dedican a esa actividad a reducir sus inversiones en los últimos años en más de un 40% desde 2015, en paralelo a la caída del precio del Brent.
En ese contexto, ha comunicado que la paralización de los proyectos de inversión de sus clientes, con la consiguiente cancelación de pedidos, ha empeorado su situación y las previsiones económicas, ya que buena parte de su actividad es todavía dependiente del sector de petróleo y gas.
En este escenario, Tubacex entiende que la irrupción del covid-19 únicamente ha acelerado los cambios estructurales que ya se apuntaban, como la progresiva descarbonización de la economía o el impulso de las energías limpias.
Todo ello, según ha trasladado, hace que afronten una «crisis de carácter estructural» y que considera que «no tiene precedentes».
La empresa ha recordado que ya puso en marcha en el primer trimestre de 2020, ante esta situación crítica, un plan de reducción de costes que permitiera ganar en sostenibilidad a unas plantas, como son las alavesas TTI y Aceralava, que cuentan, tal y como apunta la empresa, con los costes laborales «más altos» de todo el grupo.
En julio de 2020, según ha recordado, como medida de defensa del empleo, comunicó la necesidad de reducir globalmente un 20% el coste de personal en todo el mundo, lo que tenía también un impacto en estas plantas alavesas.
La dirección de estas factorías presentó una propuesta a los representantes de los trabajadores basada en soluciones «no traumáticas» que permitieran reducir el coste laboral en 10 millones de euros, incluyendo un ajuste del 9% en la nómina de los trabajadores.
Fuentes del fabricante han indicado que, tras meses de conversaciones, «ninguna de esas propuestas ha fructificado» y consideran que no actuar en este contexto supone «poner en riesgo la continuidad del negocio» en estas plantas y para todo su empleo (800 puestos directos en Llodio y Amurrio).
Por ello, ha anunciado un ERE, sin precisar el número de trabajadores afectados, para hacer frente a la situación estructural previa a la pandemia que existía y, en paralelo, un ERTE, dada la coyuntura por el coronavirus.
«Muy mala noticia»
En un comunicao, ELA ha calificado el anuncio de Tubacex de «muy mala noticia» y ha defendido que la situación actual que atraviesa la empresa «no ha sido generada, ni por el número de trabajadores, ni por las condiciones laborales». «Consideramos importante subrayar que la compañía ha generado importantes beneficios hasta el año 2019», ha destacado.
Asimismo, ha afirmado que la situación generada por el covid-19 ha «acelerado la necesidad de diversificar la producción de la empresa» y ha recordado que este es «un reto al que se están enfrentando muchas empresas». «La transición hacia nuevos productos, demandada desde hace tiempo por la parte social, no se ha realizado hasta ahora con éxito», ha reprochado.
En este sentido, ha calificado de «decepcionante» que la empresa «intente desviar la responsabilidad de este fracaso, situando la solución en la pérdida de empleo y en las condiciones de trabajo». «Tubacex necesita un proyecto industrial sólido y no culpar a los trabajadores de la situación de la empresa», ha reclamado.
Al respecto, ha afirmado que «el ajuste de empleo ya se ha realizado» y ha señalado que en las plantas alavesas «existen 150 empleos menos que hace un año, tras desprenderse la compañía de los eventuales». «A esto hay que añadir la destrucción de empleo que ha sucedido en el 2020 en las subcontratas, donde también se ha producido una pérdida importante de empleo», ha indicado.
Por todo ello, ELA ha mostrado su «oposición frontal» al anuncio del despido colectivo y cree que ante este planteamiento «la respuesta tiene que ser contundente». «La lucha va a ser el camino para defender nuestros puestos de trabajo y las condiciones laborales. Quieren trasladar la responsabilidad que no asume la Dirección y el Consejo de Administración a la plantilla. No lo podemos permitir», ha defendido.
Por último, ELA se ha dirigido a las instituciones vascas para señalar que en los próximos meses desde la Unión Europea se van a recibir «cuantiosos fondos que deben de servir para transformar nuestra industria». «Esos fondos, que son dinero público, deben ser utilizados también para garantizar el empleo. Exigimos que el dinero de todos y todas sea adjudicado a empresas que tengan que asumir la responsabilidad social de mantener el empleo», ha reclamado.