Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

La victoria de Tampa Bay sobre Kansas City, en cinco pinceladas

La rotunda victoria de Tampa Bay sobre Kansas City, 31-9, en la Super Bowl, deja numerosos aspectos que serán minuciosamente analizados por los especialistas en la NFL. Con una perspectiva mucho más modesta, vamos con cinco pinceladas de por qué los Buccaneers alzaron el trofeo Vincent Lombardi. 

Rob Gronkowski y Tom Brady celebran un nuevo título, el primero con los Bucs. (MIKE EHRMANN / AFP)
Rob Gronkowski y Tom Brady celebran un nuevo título, el primero con los Bucs. (MIKE EHRMANN / AFP)

1-La defensa de Tampa Bay. Inconmensurable. En la NFL no es lo frecuente dejar a un rival por debajo de 10 puntos y sin anotar ningún touch down. Menos aún a Kansas City, uno de los mejores ataques del campeonato. Esta temporada, su peor marca eran 17 puntos, que le valieron para imponerse 17-14 a los Atlanta Falcons en la semana 16. De los 19 partidos que han jugado los Chiefs este curso, han superado la treintena de puntos en nueve de ellos, y en uno se fueron por encima de los 40.  

Según datos estadísticos, Patrick Mahomes fue presionado como nunca lo había sido un quarterback en una Super Bowl. Ha promediado esta temporada un 66% de pases completados, y en la Super Bowl se quedó en el 53%, 26 de 49. Sus yardas totales, 270, llaman a engaño, porque la mayoría se lograron cuando ya estaba todo el pescado vendido. Al final del primer cuarto sumaba solo 9, al descanso 67. La línea defensiva de Tampa devoró a la línea ofensiva de Kansas, que llegó con varias bajas y fue un coladero.

Con Mahomes corriendo por salvar su integridad física, sus principales receptores, Kelce (133 yardas) y Hill (73 yardas) tampoco pudieron brillar. Sus números también son de relleno, porque cuando el partido estaba abierto no pudieron ni respirar debido a una pegajosa secundaria. Por dar un nombre de esta defensa, el del linebacker Devin White, que cerró con una intercepción el partido y una fantástica temporada, la segunda de su carrera profesional. El futuro es suyo.

Devin White caza a Mahomes. (Mike Ehrmann / AFP)



2-Tom Brady y su espíritu ganador. ¿Qué mueve a un señor de 43 años a jugarse el pellejo cada domingo durante cinco meses ante tipos mucho más jóvenes y más grandes cuyo objetivo es partirle la crisma? El dinero en este caso no, y la fama tampoco. Así que tiene que ser el reto, la ambición por ganar. Brady se marchó de New England Patriots y de la sombra de Belichick, el hombre que le dirigió durante toda su carrera. Y firmó por Tampa Bay, que no era ni de lejos un proyecto ganador, que no había entrado en play offs desde 2007 y que venía de un récord de 7-9 en la campaña anterior.

Después de desmelenarse en la final de Conferencia contra Green Bay, Brady, perfectamente protegido por su línea, completó una final pulcra, académica, con 201 yardas, un 72% de completados y tres pases de touch down. MVP. Ahora tiene siete anillos en diez finales. Él solo suma más titulos que cualquiera de las 32 franquicias de la NFL, una clasificación que lideran los Patriots y Pittsburgh Steelers con seis. Es, junto a Peyton Manning, el único quarterback en ganar al menos una Super Bowl con dos equipos diferentes. Y quiere más.

3-Los renacidos Gronkowski y Brown. Rob Gronkowski colgó el casco en 2019, cansado de sus dolores de espalda, tras haber sido sido el tigh end más determinante de la liga. Un año después Brady, su antiguo socio en Patriots, le convenció para que se volviera a calzar las botas y se fuera con él a Florida. Lejos de su aguante físico de antaño, Bruce Arians le reserva para los momentos de necesidad y la zona caliente. Seis recepciones, 67 yardas y dos touch downs en la Super Bowl. La mejor dupla pasador-receptor de la historia de los play offs y de las finales, adelantando a Joe Montana y Jerry Rice, de los míticos San Francisco 49ers de los ochenta.

Antonio Brown es el clásico deportista con grandes cualidades, poca cabeza y un historial plagado de conflictos. Dejó Steelers y tuvo efímeros pasos por Raiders y Patriots. Estaba sin equipo cuando Tampa Bay se arriesgó a ficharle. Tiene numerosos frentes abiertos por solucionar, tribunales incluidos, y es una bomba que puede estallar en cualquier momento, pero en la final aportó con 5 recepciones, 22 yardas y un touch down.  

Leonard Fournette anota el cuarto touch down de Tampa Bay. (Mike Ehrmann / AFP)



4-La explosión de Leonard Fournette. Cortado por Jacksonville tras completar una gran temporada 2019-2020 –los Jaguars tenían a James Robinson en la recámara–, Fournette llegó a Tampa poco antes de comenzar la campaña. Se daba por seguro que, una vez asimilara el sistema, se convertiría en el running back número uno. Pero la realidad es que ha estado por detrás de su compañero Ronald Jones. No obstante, en la final rompió la baraja con 89 yardas de carrera, 46 de pase y un touch down, el cuarto, que hundía definitivamente las opciones de Kansas. Decisivo.

5-Los pañuelos amarillos. No tuvo fortuna Kansas con las decisiones del equipo arbitral. Para el descanso acumulaba 95 yardas de penalización, más de una por agarrones e interferencias cuando menos rigurosas. Un par de ellas llegaron además en jugadas clave, como un field goal de Tampa que acabó siendo un primer down –y posteriormente 7 puntos–  o una intercepción que resultó anulada. Algunos jugadores terminaron desquiciados la primera parte. El caso más evidente fue el del safety Tyrann Mathieu, que tuvo sus más y sus menos con Brady y con los colegiados.

Tyrann Mathieu protesta a uno de los árbitros. ( Patrick Smith / AFP)