Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos
Entrevue
Agustí Colomines
Historiador

«El independentismo, que no se emocione, queda mucho trabajo»

Arquitecto de la ‘Casa Gran del catalanisme’ con la que CiU regresó a la Generalitat en 2010 –en la prehistoria del Procés–, Agustí Colomines se ha movido estos años de forma intermitente por las bambalinas de Junts. Ahora, mientras se recupera de un cáncer, asegura estar retirado. Cuesta creerle.

Agustí Colomines, en una imagen de archivo. (Albert GARCIA)
Agustí Colomines, en una imagen de archivo. (Albert GARCIA)

Con los resultados del 14F en la mano, ¿ve alguna alternativa a un gobierno que no pase por el acuerdo entre ERC y Junts?
Ni una. Y ni una quiere decir ni una. Un tripartito entre ERC, Comuns y CUP sería una crisis permanente, con 50 diputados no vas ni a la vuelta de la esquina. No es realista. El único gobierno posible es un tripartito con ERC, Junts y la CUP, con presidencia de Esquerra y marcando claramente qué se va a hacer.

¿Descarta la repetición de las elecciones?
Es que si repites, entonces sí que gana Illa. Los de Junts pueden estar tentados, pero yo estaría totalmente en contra, me parecería muy irresponsable. Si lo hacen bien, la legislatura será buena, si lo hacen mal, durará dos años.

¿Hay mimbres para alcanzar consensos mínimos?
Espero que sí, que haya una responsabilidad mínima. Se supone que todos están de acuerdo en que tarde o temprano deberá haber una negociación. Muy bien, puede ser uno de los puntos centrales. Otro: todos están de acuerdo en que la repercusión social de la pandemia va a ser un punto básico. Y tercero, hay que avanzar realmente hacia la autodeterminación y crear las sinergias necesarias.

El único gobierno posible es un tripartito con ERC, Junts y la CUP, con presidencia de Esquerra

¿Para qué sirve, y para qué no, haber superado el 50%?
Un 51% con un 79% de votantes es un hito acojonante. Un 51% con menos de un 50% de votantes... es relativo. El independentismo, que no se emocione, queda mucho trabajo por hacer; entre otras cosas, que el medio millón de votos que se han perdido vuelvan a votar y voten independentista.

ERC ha superado a Junts. ¿Esto complica el entendimiento?
ERC ha ganado, que manden y a ver si se les acaban las obsesiones. Y a los de Junts, pues un poco de modestia no les irá mal, que estaban mal acostumbrados. Si aparece la modestia de unos y desaparece la neura de los otros, a lo mejor son capaces de crear un gobierno que dé confianza a la población, que es de lo que se trata. Creo que lo realmente importante es que Aragonès y Borràs lleguen a un acuerdo para que Laura Borràs sea vicepresidenta, y Pere Aragonès, president. Como mínimo, que hagan como Convergència y Unió, que no se podían ni ver, pero hacían ver que se entendían.

Hay que saber hacer una política de oposición al Estado a partir del gobierno autonómico y su gestión

¿La derrota, relativa, puede hacer que Junts se tome el tiempo para estructurarse como espacio político más organizado?
Con franqueza, es lo mejor que les ha podido pasar, porque es la única manera de que se tomen el tiempo para pensar qué ha pasado. El problema es que no hay doctrina, todo es coyuntural, todo es táctico. El problema es definir una organización básicamente independentista en cuyo seno convivan ideologías diferentes y cuya argamasa sea, básicamente, la acción política. Por lo tanto, lo que debes definir muy bien es qué acción política es la que tienes que hacer, y es lo que no saben definir. Porque un día dicen, ‘con el 51% haremos la DUI’. Muy bien, ya tenemos el 51%, ¿vas a hacer la DUI mañana? No jodas, si ya sabíamos que no lo harías.

Que nadie se confunda, tampoco aboga por la vía de ERC. Yo estoy en contra de la política de Esquerra Republicana, porque está pensada solo para salvar a España y buscar los indultos, y a mí eso, lo siento, pero me parece nefasto.

¿Es una baza real amenazar con hacer caer a Pedro Sánchez?
No amenaces a nadie si no eres capaz de cumplirlo. En cualquier caso, España no es mi problema. Si quiere ser democrática, este conflicto lo tiene que resolver políticamente, y punto. Si mientras tanto se avienen a una negociación seria, les daremos apoyo, ningún problema. Ahora, la historia de España te dice una cosa también: el catalanismo se ha beneficiado de la debilidad del conservadurismo, nunca de los jacobinos. Porque los jacobinos son, por esencia, estatistas. Entonces, a mí, me da más miedo Pablo Iglesias que Pedro Sánchez. Porque Pablo Iglesias es un jacobino.

¿Hay síntesis posible entre el diálogo que abandera ERC y la unilateralidad de Junts?
Sí, claro, la síntesis es ir a negociar sin aflojar. Si vas a negociar diciendo que ya te rindes, eso no es una negociación, eso es pactar tu rendición. Hay que negociar con una serie de exigencias inamovibles, que no solo tienen que ver con las grandes reivindicaciones, sino con el día a día. En Catalunya han cerrado 20.000 empresas, no es moco de pavo. Tienes que hacer lo mismo que Escocia, que es vincular tu bienestar a la propuesta de independencia

Eso pide tomarse en serio el día a día, pero hay una parte del independentismo que ve la autonomía como un obstáculo hacia la independencia.
Se ha demostrado que la autonomía, si sigue como hasta ahora, no sirve de nada. La pandemia ha vuelto a demostrar sus límites. Pero la autonomía debe servir también como una forma de denuncia. En vez de hacer aquello tan convergente de celebrar cada pedo que te tiras y decir que los trenes van bien porque hemos inaugurado una estación, hay que decir que Cercanías sigue siendo una mierda, y que pese a ello hemos conseguido inaugurar una estación. Es cambiar de mentalidad.

Y al mismo tiempo, tienes que demostrar que lo sabes hacer bien. Mira, al final con la pandemia, ¿qué es lo que la gente agradeció aquí? Que viniese un técnico, [Josep Maria] Argimon, y pusiese un poco de orden. Pero es que articuló un discurso político, porque dijo: ‘Mira, tíos, que no somos Alemania, si lo fuésemos podríamos hacer muchas más cosas’. No le tocaba a él, pero si hubiese seguido el razonamiento, habría dicho: ‘Podríamos ser como Alemania, si fuésemos independientes’. Es esto, es saber hacer una política de oposición al Estado, de denuncia de la discriminación, a partir del gobierno autonómico y su gestión.

La historia de España enseña que el catalanismo se ha beneficiado siempre del conservadurismo, nunca de los jacobinos. Por eso me da más miedo Pablo Iglesias que Pedro Sánchez

¿Es volver un poco a los discursos previos a la aceleración en torno a 2017?
Hay que ser propositivos, que la gente entienda para qué sirve la independencia. Las 40 leyes recurridas por Madrid no son una tontería, son cosas del día a día y no lo explotamos de ninguna manera. ¿Cómo crees que crecimos? Crecimos explicando el expolio fiscal y estas cosas. El catalán enfadado que decía Juliana, que no entendió que acabaría convirtiéndose en independentista si alguien le daba la alternativa. Porque lo que está ya claro es que esto no es coyuntural; esto es estructural. Y con la juventud que sube, todavía más, porque son mucho más desacomplejados. Pero hemos cometido el error de abandonar una parte de este discurso, porque la parte épica se convirtió en una cosa más emocionante, más vistosa.

¿Se ha mascado suficiente lo ocurrido en 2017?
Mira, la primera huelga del siglo XX fue en 1902, por la jornada de nueve horas. Duró 10 días y los metieron a todos en la cárcel. Perdieron. Pero hoy existe la jornada de ocho horas, ¿verdad? Pues aquí es lo mismo. Perdimos, no pasa nada, precisamente si reconoces que has perdido aprenderás cuál ha sido tu error e intentarás no cometerlo de nuevo. Y pese a haber perdido, la gente te continúa votando, es muy meritorio.