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La Fiscalía también pide al Supremo suspender la semilibertad de los presos de Lledoners

El Tribunal Supremo deberá decidir si los presos políticos en Lledoners mantienen el régimen de semilibertad después de que la Fiscalía haya presentado un recurso de apelación. El requerimiento se suma al presentado este lunes sobre la decisión de mantener el tercer grado a Bassa y Forcadell.

Los presos independentistas catalanes, durante un acto en Barcelona. (Omnium)
Los presos independentistas catalanes, durante un acto en Barcelona. (Omnium)

La Fiscalía ha recurrido ante el Tribunal Supremo para que suspenda la semilibertad del exvicepresident de la Generalitat, Oriol Junqueras; los exconsellers Jordi Turull, Joaquim Forn, Josep Rull y Raül Romeva; y Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, mientras el juzgado resuelve si les revoca el tercer grado.

Igual que hiciera este lunes con la decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de mantener por ahora en semilibertad a la exconsellera Dolors Bassa y a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, la Fiscalía ha presentado ante el Supremo un recurso de apelación en el que pide suspender el tercer grado del resto de los presos del procés.

De esa forma, el Tribunal Supremo será quien decida si corrige la decisión de los jueces de vigilancia de Catalunya, que la semana pasada descartaron suspender el régimen de semilibertad a los nueve dirigentes independentistas encarcelados por el procés mientras resuelven sobre el fondo de los recursos que la Fiscalía presentó contra el tercer grado.

En sus recursos al Supremo, el Ministerio público argumenta que, de no suspenderse la semilibertad de los presos catalanes, se podría dar pie a un «vaciado de la pena» impuesta por el Supremo y a un «no acatamiento» de la sentencia por parte del Departamento de Justicia.

Así ocurrió, según el Ministerio público, cuando el pasado mes de julio la Generalitat concedió por primera vez el tercer grado a los nueve presos, que el Supremo acabó revocando cinco meses después.

En el caso de Bassa y Forcadell, quienes, a diferencia de los presos en Lledoners, disfrutaron durante esos cinco meses del tercer grado porque el juzgado de vigilancia correspondiente no se lo suspendió, la Fiscalía recuerda que en el último medio año solo han estado 57 días en «el régimen de segundo grado que era el que les correspondía», una situación que, alerta, «se puede repetir sine die hasta el final de la condena».